El lugar donde se fraguó la cruenta batalla de La Albuera se convirtió ayer, 187 años después, en escenario de encuentro de los países que participaron en aquella contienda. Representantes de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Polonia, Portugal, España y Extremadura acudieron a la ceremonia conmemorativa de la Batalla de La Albuera, que se inició con el izado de las banderas de cada uno de estos países como símbolo de unión entre ellos, al acorde de sus himnos.

En el acto estuvieron también presentes, acompañando al alcalde de La Albuera, Manuel Antonio Díaz González, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, y el general jefe de la Brigada Extremadura XI, Casimiro José Sanjuán.

Los que en 1911 fueron adversarios, ahora colaboran como aliados de la UE y trabajan para mantener la paz, según coincidieron los representantes de estos países.

Además del recuerdo a los caídos en aquella batalla de la Guerra de la Independencia, se recordó a la última víctima del terrorismo de ETA, Juan Manuel Piñuel. El ayuntamiento de La Albuera entregó el premio Adalid de la Paz y la Libertad, que instituyó en 1999, a la Fundación Víctimas del Terrorismo, por su defensa de la libertad y otros valores democráticos.

Este galardón fue recogido por la presidenta ejecutiva de esta entidad, Maite Pagazaurtundúa, para quien "tiene un significado simbólico emocionante".

Hijos muertos

Según expresó, éste "es un premio necesario en la España del 2008, donde también sigue siendo necesario luchar por la paz y las libertades". En este sentido, destacó la necesidad de hacer frente a los terroristas para derrotarlos y recordó que "muchos hijos de extremeños dieron sus vidas por las libertades democráticas, la mayoría guardias civiles".

Pagazaurduntúa aseguró que "hay razones para pedir que no prescriban los delitos terroristas.Ya es hora de preguntarse si esos delitos no son de ´lesa humanidad´.

La Albuera también distinguió al Regimiento de Infantería Mecanizada Castilla 16, por su colaboración permanente en estos actos, nombrándole Hijo Adoptivo. Esta distinción fue recogida por el coronel Santiago Cubas Roig, jefe del regimiento, quien mostró la satisfacción del regimiento por esta distinción "que no ha sido ganada en en los campos de batalla sino aquí en La Albuera".

Por su parte, Fernández Vara aseguró que esta celebración que hace La Albuera "contribuye de manera notable a no perder la historia y a dar valor a la paz y la libertad", porque, según dijo, no hay que olvidar la historia.