El abuso de las bebidas alcohólicas en los jóvenes y adolescentes tiene consecuencias irreparables en su salud, siendo uno de los principales factores de morbilidad, absentismo, bajo rendimiento y problemas de convivencia familiar. Desde la Secretaría Técnica de Drogodependencias del SES se han diseñado estrategias para informar, formar, prevenir y tratar este problema de salud pública que significa el consumo de alcohol a tan temprana edad. Existen múltiples centros de prevención de drogodependencias así como de reinserción sociolaboral para personas con problemas de conductas adictivas.

Según la última encuesta Estudes 2016, referida a datos de Extremadura, el 80,7% de la población de 14 a 18 años ha consumido alcohol alguna vez, con cifras superiores en las chicas (83,8%) que en los chicos (77,4%). El 52,7% se ha emborrachado alguna vez y el 23,4% lo ha hecho en los últimos 30 días. También son habituales los ‘atracones’ de alcohol, con 5 copas o vasos en un periodo de tan solo dos horas, aunque hay que decir que en general en el alumnado extremeño este fenómeno se empieza a reducir considerablemente, pues estamos en un 36%, cuando antes el porcentaje era de un 43,43%. Además también ha bajado la incidencia de las agresiones físicas en este contexto.

Para combatir esta realidad se trabaja transversalmente desde la Junta de Extremadura para aumentar la edad de inicio ya que las consecuencias de un consumo excesivo son devastadoras. «Nos queda mucho por hacer ya que el consumo en fin de semana en las chicas es de un 59,3 por ciento frente a un 47,7 por ciento en los chicos».

Pilar Morcillo, secretaria técnica de Drogodependencias, explica que el alcohol forma parte de nuestra vida, muy difuminado en el paisaje de nuestro día a día aunque arraigado en nuestra cultura y forma de vida. «Tenemos que prever desde el ámbito familiar que tenemos que crear jóvenes fuertes con alta autoestima y con herramientas suficientes para decir no a tiempo o decidir un consumo responsable», indica.

CAMBIO DE HÁBITOS / Lo cierto es que los últimos datos apuntan a que ha aumentado la edad de inicio, de los 13 años a los 14 actuales, pero también que las chicas comienzan a beber igual que los chicos. «Antes esto era impensable y significa que para pertenecer al grupo de iguales se adopta el rol masculino: fumar, beber y consumo de otras sustancias adictivas, pues el consumo de alcohol va siempre ligado a otras drogas».

Una de las nuevas líneas de trabajo es la incorporación de la perspectiva de género en todo lo referente a las adicciones. De hecho en el Nuevo Plan de Adicciones 2018-2023 ésta ya vertebra todo el documento. «Estamos formando a todos los profesionales de la red en la perspectiva de género. Antes las sustancias adictivas iban muy dirigidas al ámbito masculino, ahora es la mujer la mayor consumidora de hipnosedantes, de tabaco y supera a los chicos en el consumo de alcohol y el abordaje de esta situación es distinto en las mujeres que en los hombres», indica Pilar.

La Secretaría Técnica de Drogodependencias tiene una gran red de recursos y profesionales en los que tanto los adolescentes como los adultos pueden acogerse y así se lo hace saber a las asociaciones de padres y madres de alumnos de la región. Para ellos se realizan charlas, jornadas, talleres prácticos sobre cómo trasladar valores y actitudes en el ámbito familiar. No menos importantes son las acciones en el ámbito educativo y por ello hay un programa específico para todos los centros de enseñanza de la región llamado Construye tu mundo para niños de 3 años hasta que acaban el bachiller. En 1º y 2º de la ESO ya se aborda el consumo de alcohol y tabaco, y también el cannabis, cocaína, pastillas y juego on line, esta última tendencia cada vez más al alza.