No todo son disfraces. Varios pueblos de la comarca de Montánchez son a las carnestolendas como los irreductibles galos que plantaban cara al imperio romano en la aldea de Asterix. Junto a Albalá, localidad que salvó la tradición, Arroyomolinos y Alcuéscar han retomado las carreras de gallos como acto principal de sus festejos.

Al respeto a las costumbres locales se une el amor por el caballo. Decenas de ellos se cuidan y entrenan todo el año para conseguir el domingo de Carnaval seccionar la cabeza de algún gallo. Desde el domingo hasta ayer 33 jinetes y amazonas alcuesqueños se congregaron en la plaza para cabalgar hasta el Camino de la Era para pasar la jornada a la grupa de sus monturas e intentar en cada carrera conseguir el objetivo. Previamente todos los gallos habían sido sacrificados segun la normativa. A mediodía el consistorio invitó a jinetes y público a ternera con patatas.