No todos los temporeros rumanos de Villalba de los Barros se refugiaron ayer en el polideportivo. De hecho, los que no consiguieron llegar al centro deportivo confiesan a la agencia Europa Press que pasaron mucho miedo.Así, una pareja de rumanos permaneció toda la noche junto al cauce del río y, además del miedo, lamenta haber perdido sus escasas posesiones. Entre vegetación desplazada por la crecida del agua, colchones y muebles arrastrados por la corriente, la pareja explica que muchos de los que residían en el campamento han enfermado como consecuencia del frío y de la humedad. Luminita Judoroche tiene 19 años y que tan sólo lleva un mes en España, donde ha venido para trabajar en la vendimia y en la aceituna. Ella habla algo de castellano, por lo que se erige como portavoz del matrimonio. Recueda que en Rumania también han sufrido fuertes inundaciones, pero que residía en un piso, por lo que no se vio afectada. Asimismo, lamenta haber escogido un lugar "tan malo" para acampar, y apunta que ahora no saben donde dirigirse ya que el tiempo continúa muy inestable y no tienen dinero para pagar un techo donde alojarse. "No tenemos nada", apostilla.