La aceituna 'Manzanilla Cacereña' ha sido la última en reivindicar su título. El sector olivarero quiere que esta variedad autóctona del norte de la provincia --y de la que se producen hasta 50 millones de kilos en cada campaña-- sea reconocida con la etiqueta de Indicación Geográfica Protegida (IGP), que no llega a ser Denominación de Origen Protegida (DOP), pero cuya distinción abre puertas en el mercado. Esta reclamación ha sido la protagonista en la IV Feria del Olivar de Montaña, celebrada de la localidad de Hernán Pérez durante este fin de semana.

Si la 'Manzanilla Cacereña' logra esta certificación, se unirá a una lista de más de una decena de productos de la tierra que ya forman parte del club gourmet extremeño: vinos, quesos, ibéricos, miel, cerezas, aceite, ternera, cordero y pimentón componen los alimentos con medalla de oro de la región.

¿Pero qué es necesario para llevar las siglas DOP o IGP? Desde la consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta, explican las condiciones que han de darse para lograr esta categoría: "Se entiende por Denominación de Origen Protegida cuando el producto es originario de un lugar determinado, una región o, excepcionalmente, un país; su calidad o características se deben fundamental o exclusivamente a un medio geográfico particular con los factores naturales y humanos inherentes a él; y sus fases de producción (donde se incluye la transformación y elaboración) se llevan a cabo en su totalidad en esa zona geográfica definida. Es importante matizar que, en determinados casos, las materias primas pueden proceder de un área más amplia".

De esta manera, la DOP --cuyo trámite de reconocimiento oscila entre uno y dos años-- lucha contra la tendencia actual de la globalización que fomenta que las fases de producción de determinados alimentos se lleven a cabo incluso en continentes diferentes.

La zona geográfica

Cuando la distinción es Indicación Geográfica Protegida, las condiciones son menos estrictas: "También han de ser originarios de un lugar determinado (región o país), pero basta con que posean una cualidad determinada, una reputación u otra característica que pueda esencialmente atribuirse a su origen geográfico. En cuanto a las fases de producción, una al menos ha de tener lugar en la zona definida. En resumen, normalmente el vínculo con el área es menor en las IGP que en las DOP", indican desde la consejería.

El pasado mes de julio la DOP Pimentón de la Vera cumplía 25 años, mientras que la de Miel Villuercas-Ibores ha sido la última, recientemente, en lograr esta distinción. A estas dos se suman Dehesa de Extremadura, Cereza del Jerte, los aceites de Gata-Hurdes y Monterrubio, los quesos de Ibores y La Serena, la Torta del Casar y los vinos Ribera del Guadiana. Además, hay tres IGP: Cordero de Extremadura, Ternera de Extremadura y Vinos de la Tierra.

Tal y como subrayan desde la consejería, los productos que tengan alguna de dos estas categorías han de portar en su etiqueta información acerca de, por ejemplo, la autenticidad e invariabilidad de los métodos locales de elaboración y el envasado; o el nombre y la dirección de las autoridades u organismos que verifican el control del proceso.

Ahora, el sector que trabaja con la variedad de aceituna 'Manzanilla Cacereña' pide paso y ayudas para que este alimento con sello cien por cien extremeño --del que el 80% de la producción va directamente al consumo de mesa-- sea el siguiente es conseguir el reconocimiento nacional de 'calidad diferenciada'.