La central nuclear de Almaraz generó el pasado año algo más del 77% del total de la energía eléctrica producida en Extremadura; creciendo un 7,7% respecto a 2016. De los 21.185 gigavatios producidos en la región, 16.345 salieron de Almaraz. Los datos los dio ayer a conocer el consejero de Economía e Infraestructuras, José Luis Navarro, al dar cuenta del Balance Eléctrico de Extremadura 2017, en el que se pone de manifiesto que la región alcanzó el pasado año su «máximo histórico» en demanda de energía eléctrica, con 5.068 gigavatios/hora; casi un 2% más que el año anterior, por encima del 1,14% de incremento de la demanda a nivel nacional. Respecto a los 21.185 gigavatios producidos en la región, suponen un incremento del 0,81% respecto a 2016.

Ese informe refleja también que la producción de energía eléctrica de origen renovable ha bajado casi un 17% el último año, «una disminución importante debido a la sequía existente en 2017, que hizo que las centrales hidroeléctricas tuvieron un funcionamiento inferior, lo que provocó también una disminución del 45% en la producción de las hidroeléctricas», comentó el consejero.

Por el contrario, la producción de energía termosolar creció un 4,2%, mientras que las de origen fotovoltaico lo hicieron un 5,3%.

Todo ello hace que la producción total de energías renovables el pasado año «se quedó por debajo de la demanda», con 4.768 gigavatios/hora, lo que supone el 94% de la demanda (en 2016 supuso un 116%), debido sobre todo a que fue un año muy seco.

Además de los datos de este balance, y ante la importancia que supone la central de Almaraz para el empleo y desarrollo de la comarca de Campo Arañuelo, el consejero Navarro insistió una vez más en que el Gobierno extrremeño «no va a permitir que se cierre Almaraz (previsto en cinco años) si antes no hay puesto en marcha un plan alternativo; es absolutamente imprescindible».