Respiro para el sector turístico extremeño. Los hosteleros sortean la crisis esta Semana Santa con sus establecimientos ocupados al 90% de su capacidad total, aproximadamente. Así lo confirmaron ayer tanto el presidente de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura (Cetex), José Luis Ascarza, como el de la Federación Extremeña de Turismo Rural, Luis Morán, dos de las más representativas del sector en la región, aparte de varios responsables de hoteles y alojamientos rurales.

Los empresarios del ámbito turístico en Extremadura reciben de este modo un balón de oxígeno en medio de la crisis económica, pero alertan que sus efectos perversos se están dejando notar el resto del año. "La crisis no puede valorarse ahora, en momentos de afluencia masiva de gente como es la Semana Santa que, además, es la mejor época para nosotros, sino los fines de semana normales y en estos sí que se está dejando notar la crisis", alega el presidente de Fextur, que agrupa a más de la mitad de los alojamientos rurales de Extremadura.

En la misma línea se pronuncia su homólogo en Cetex que, aunque se muestra "satisfecho" por las buenas cifras de ocupación obtenidas estos días, destaca que cada vez es más difícil alcanzarlas, por lo que explica que hay que buscar "más actividades complementarias, paralelas al propio destino turístico, para atraer a la gente". Por ello, aunque tanto Ascarza como Morán se congratulan por que se hayan cumplido las buenas previsiones para estos días, prefieren ser prudentes: "No podemos tirar cohetes, porque no sabemos qué ocurrirá de aquí en adelante ya que, al menos de momento, por lo menos los alojamientos rurales tienen pocas reservas", sintetiza el máximo responsable de Fextur.

DISPARIDAD EN EL SECTOR Esa incertidumbre a la que se refiere Morán se traslada a los propios empresarios, cuyas predicciones sobre el futuro son dispares. Es lo que ocurre con los testimonios de Inocencia Rey y Carmen López, propietarias de dos alojamientos rurales --El Jiniebro, en Valencia de Alcántara, y Casa Zambrana, en Las Erías (Las Hurdes), respectivamente-- que, de momento, están teniendo distinta suerte en sus reservas para los próximos meses. Así, mientras Rey ya está recibiendo reservas para el próximo verano "a buen ritmo", López muestra su preocupación por la fuerte caída de demanda registrada: "y no soy solo yo, sino también los empresarios del entorno".

En lo que ambas empresarias coinciden es en que ambas han tenido que colgar el cartel de "completo" en sus negocios esta Semana Santa, pero mientras que El Jiniebro se ha registrado "casi más demanda que otros años", en Casa Zambrana ha sonado menos el teléfono para las reservas. "De hecho, otras veces te llamaban hasta última hora preguntando si había alguna plaza libre y este año no ha ocurrido así", sentencia López.

HOTELES AL COMPLETO Un panorama similar presentan los hoteles de la región, a tenor de las consultas realizadas ayer por EL PERIODICO. Por poner algunos ejemplos, tanto el Hotel NH Palacio de Oquendo de Cáceres, como el Velada de Mérida o el Alfonso VIII de Plasencia están al completo hasta el sábado, mientras que el Hotel Río de Badajoz registra un nivel de ocupación del 90%, si bien aún espera reservas de última hora.

En la mayoría de los casos, sus trabajadores o representantes explican que la situación de esta Semana Santa es similar a la de años anteriores, aunque discrepan al valorar la del resto del año. Así, mientras José Angel Iglesias, recepcionista de NH Palacio de Oquendo, declara que "de momento" no están registrando diferencias en la cifra de clientes con respecto a otras temporadas, uno de sus homólogos en el Hotel Alfonso VIII comenta que sí que se reciben menos peticiones, aunque la caída no haya afectado a la Semana Santa.

Ante el temor a esa disminución de la demanda, algunos establecimientos, como el Hotel Río, han optado por rebajar los precios. Así lo constata su directora de alojamiento, Marien Esteban, que sin embargo destaca que han sido "bajadas leves, en ningún caso del 100%". Sin embargo, el presidente de Cetex lamenta esta actitud, al considerar que tales rebajas no eran imprescindibles para cubrir la demanda y temer que puedan crear un peligroso precedente.

Y es que la crisis y su imprevisible evolución no deja de preocupar a los extremeños y los hosteleros no son una excepción. No obstante, una de las lecturas sobre los efectos de la mala situación económica sobre el turismo es la posible potenciación de los destinos de interior. Pero mientras que para Ascarza, probablemente este cambio ya se está produciendo pero aún es insuficiente --"si no, estaríamos aún peor--, Morán afirma que ni siquiera lo han notado.