El escritor extremeño (Mérida, 1962) regresa a la narrativa con ´Doce semanas del siglo XX´, que expresa una visión pesimista de los medios de comunicación

Un hombre solo mira la vida a través de los periódicos. Está aislado, mientras sucede una guerra, la de Bosnia, en los Balcanes, "una noticia en mitad del turbión de informaciones de entonces". Sobre ello escribe Alonso Guerrero tras El edén de los autómatas , su última novela. Doce semanas del siglo XX (De La Luna Libros) está escrita con anterioridad. "Pero he seguido corrigiéndola hasta ahora". Este fin de semana la presenta en Extremadura.

--¿Qué mundo se ve a través de la prensa?

--Bueno, el periódico es algo sucedáneo de la verdad. Creo que la prensa está sometida a intereses, y a veces digo que si la verdad viniera en un teletipo ni un periodista la reconocería. La realidad se ve desde lejos y no se interpreta como debería. Hay filtros, como esta distancia respecto a los hechos o los intereses de los medios, que contribuyen a esto. Se dan tantas noticias iguales tratadas de modos tan diferentes en los medios.... En mi novela, el protagonista es un hombre aislado precisamente a causa de las noticias. Pero el argumento tiene también un sesgo policiaco y aborda el fenómeno de alguien que pasa a ser noticia, y que en el fondo es un sueño de algunos periodistas.

--Usted se convirtió en noticia (era el exmarido de la actual Princesa de Asturias cuando se dio a conocer el compromiso de ésta con el Príncipe Felipe) y conoció la cara menos amable de los medios.

--Pero no hay caras amables. Cualquier cara es interesada. Me da la impresión de que hoy, como entonces, los diarios son reflejo de las situaciones políticas.

--Toda esta visión de los medios es algo apocalíptica.

--Bueno, hablo un poco desde los prejuicios, que es lo mejor que tengo y que rigen la visión del mundo. Pero tal vez los medios, en la provincia, puedan dar una visión mejor de la realidad. A veces un periódico te sorprende.

--¿Su literatura se ha modificado algo por aquel suceso turbulento que vivió?

--Yo creo que no. Mi evolución ha sido solo mía y desde hace algún tiempo. No es que ahora piense más en los lectores, pero he ido eliminando los elementos estéticos excesivos de mi literatura. Me importa más lo que hay detrás de cualquier estética. Me interesa poner un mensaje más que una estética.

--¿Cuáles son sus últimas lecturas?

--Estoy leyendo Vida y destino , de Vasili Grossman, un éxito editorial algo raro. Y los Cuadernos de Paul Valéry.