La industria tabaquera mueve ficha para hacer frente a la reforma de la ley antitabaco. Preocupada por una posible reducción de la demanda de cigarrillos, la compañía Altadis ha advertido a la Junta de Extremadura de las "negativas consecuencias" que la prohibición de fumar en espacios públicos puede generar en la economía regional. Entre esas consecuencias, Altadis asegura que la futura normativa pondría en riesgo la continuidad de la fábrica que la empresa tiene en el poblado de Palazuelo (junto a Malpartida de Plasencia), donde trabajan 22 empleados. La compañía pide a la Administración extremeña que presione al Gobierno para frenar la futura ley.

La advertencia ha llegado en forma de carta. La misiva está firmada por el director general de Altadis, Dominic Brisby, y está dirigida al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara. En ella, Brisby manifiesta su "inquietud" ante la revisión de la ley antitabaco. "A la actual evolución del mercado de cigarrillos, en descenso constante, y a otras cuestiones que dificultan el normal desarrollo de nuestra actividad, como la creciente fiscalidad o el incremento de la presión regulatoria, se uniría ahora la repercusión negativa que tendría una prohibición de fumar en todos los lugares públicos. Todos estos factores podrían poner en riesgo nuestro plan empresarial y afectar seriamente a la viabilidad de la planta de Palazuelo", asegura el directivo de la cigarrera en su carta.

Altadis también considera que la nueva regulación afectaría a sectores y actividades de notable importancia en la región, como la hostelería, el ocio, el turismo, el cultivo del tabaco e incluso la industria de primera transformación (Cetarsa y Agroexpansión). Por ello, insta al presidente de la Junta a interceder ante el Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados y el Gobierno central para exponer los "perjuicios que esa medida podría acarrear a Extremadura".

MENOS TABACO NEGRO Pese a todo, desde Altadis matizan que no vinculan directamente la continuidad de la fábrica de Palazuelo a la aprobación o no de la ley. "Pero es evidente que incide de forma notable", señalan desde la compañía, filial de la multinacional Imperial Tobacco. "Todos los factores podrían afectar a la viabilidad o empleo de cualquiera de las plantas de Altadis en España, no sólo a la de Palazuelo. En este caso concreto se da la circunstancia negativa añadida de que (la planta extremeña) elabora ligas para cigarrillos negros, que sufre desde hace años una acusada tendencia de caída".

El movimiento de la empresa ha sido acogido con desconfianza entre los representantes sindicales de los trabajadores de Altadis en España. Dudan de que la nueva ley pueda tener un efecto notablemente negativo sobre la demanda y la rentabilidad de la empresa: "al principio se puede notar, pero el mercado se recuperará". Y sospechan que la compañía puede estar "buscando justificaciones para volver a meter la tijera en la planta, con el objetivo de reducir de nuevo los puestos de trabajo o incluso poner el punto final a la actividad".

La planta de Palazuelo ya se vio afectada por el plan de reajuste aplicado por Altadis en el 2008 y el 2009: mediante un expediente de regulación de empleo (ERE), la empresa recortó a la mitad su plantilla de 44 trabajadores en Extremadura. Los 22 que hoy mantienen su puesto de trabajo "están saturados, al límite. Es la mano de obra justa para que la planta siga funcionando", aseguran fuentes sindicales.