El Ministerio del Interior asegura que los altercados en las cárceles extremeñas se han reducido casi un 30% a lo largo del primer semestre de este año, aunque tanto el PSOE como las centrales sindicales dudan de la veracidad de los datos aportados por el Gobierno en el Congreso de los Diputados.

El informe de Interior lo deja claro. Entre enero y junio del 2002 las prisiones de Badajoz y Cáceres registraron 24 altercados de consideración, mientras que este año la cifra ha caído hasta los 17. Así, en Badajoz la conflictividad se mantendría al mismo nivel, mientras que en Cáceres baja hasta un 85%.

Sin embargo, Alberto Ramajo, de Comisiones Obreras, no cree que estos datos se correspondan con la realidad porque "es un hecho que cuando hay más reclusos hay más conflictos, y las cárceles se están llenando más con los juicios rápidos". Y es que en lo que va de año la población reclusa extremeña ha aumentado un 10% alcanzando ya los 1.113 presos. Esto supone, entre otras cosas, que unos 200 reos comparten celda --pese a que lo prohíbe la ley-- y que el nivel de ocupación de las prisiones está en torno al 106%.

Victorino Mayoral, diputado en el Congreso y portavoz socialista en materia de Interior, explica que se trata de un ejemplo más "de la política del Gobierno de negar la realidad". El hacinamiento de presos, añade, "aumenta la conflictividad y reduce la posibilidad de reinserción".