Con 22 años ya es profesora de universidad. La extremeña Nereida Bueno ha conseguido materializar este sueño mientras los jóvenes de su edad se centran en completar su formación académica o encontrar un primer empleo. Nacida en Badajoz, cursó Primaria y Bachillerato en el colegio de los Hermanos Maristas. Alumna excelente desde el primer curso, nunca ha suspendido un examen. Y ahora es la profesora más joven de la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

Nereida se vio influenciada muy pronto por la protagonista de la película El Silencio de los Corderos . Por eso se licenció en Psicología y Criminología --en la misma universidad donde ahora ejerce como docente--. Afirma ser una persona normal, pese a su brillante trayectoria como estudiante, su precocidad como profesora y su inquietud científica --investiga sobre el ánimo de revancha en los primates--. "Tengo tiempo para todo. Las fiestas las he tenido, y sobre todo los viajes, que es una de mis pasiones", confiesa.

Dice que consigue sus objetivos a base de esfuerzo y dedicación, y el apoyo incondicional de su familia. Desde primer curso trabajó de becaria en distintos departamentos de la universidad y colaboraba con los profesores en grupos de investigación y congresos. "Yo disfrutaba explicando y enseñando a mis compañeros". En cuarto de carrera, una profesora le pidió dar una clase a alumnos de primer año: "empecé a hablar y hablar y se me hizo todo muy corto". Tan solo un mes después la llamó el decano para ofrecerle el puesto de titular de una asignatura. "Me entró un risa nerviosa, nunca pensé que me fueran a contratar tan joven", explica.

El primer día de clase sus nervios estaban a flor de piel. Sin embargo, al entrar en clase y sentarse delante del alumnado, se convirtió en la profesora que siempre había deseado. "La sensación que tuve nada más salir fue querer saber más para poder enseñarles más". La edad ha constituido una ventaja en la relación con los alumnos, a los que intenta formar como personas. Por otro lado, la relación con sus compañeros docentes es del todo normal, "me conocen, me he sentido integrada".

Actualmente Nereida combina su profesión con un máster oficial en vistas a conseguir sacar un doctorado especializado en el comportamiento de los primates. En un futuro espera volver a su tierra, ya que aquí está la gente que quiere. Este año ha vuelto a realizar charlas de orientación en institutos como el de Caminomorisco con el objetivo de "poder contribuir en algo mejor".

Su consejo a futuros estudiantes se basa en la constancia, la curiosidad y la observación del contexto que les rodea. Nereida no piensa en ser un modelo para la sociedad, "me da miedo". Sólo quiere ayudar a la gente a luchar por su sueño, de la mejor manera que sabe hacerlo, comunicando. "Si ayudo a la gente a luchar por lo que quiere, si sirve para eso ser modelo, entonces quiero serlo".