Hasta 10 días de diferencia separan el comienzo de las clases de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato entre las comunidades autónomas debido al calendario escolar dispar que siguen. En la región, las clases de ESO comienzan el día 13 de septiembre y las de Bachillerato el 15, pero en otras, como el País Vasco o Galicia, primera y última comunidad en incorporarse a las aulas, lo hacen el 6 y 16 de septiembre, respectivamente. Así lo han puesto de manifiesto los datos recopilados por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), que ha pedido que las administraciones educativas racionalicen el calendario escolar para que en todos los casos, comience en la primera semana de septiembre y termine la última de junio.

Los mismos datos arrojan que la disparidad también existe en Infantil y Primaria. En este caso, serán los alumnos aragoneses y vascos los que abran el curso escolar regresando a las aulas también el día 6. Una semana después lo harán los extremeños matriculados en ambas etapas. El día 7 comenzarán las clases en los centros de Infantil y Primaria de Canarias y Navarra; el 8, los de la Comunidad Valenciana y La Rioja; el 9, los de Castilla y León y Murcia, y el 12, los de las otras autonomías, además de en Ceuta y Melilla.

Los estudiantes aragoneses de ESO vuelven a clase el día 8, seguidos por navarros (día 9); cántabros, catalanes, riojanos, ceutíes y melillenses (12); canarios y extremeños (13); asturianos, baleares, valencianos y madrileños (14), y andaluces, castellanomanchegos, castellanoleoneses y murcianos (15). Son las mismas fechas previstas para el Bachillerato, excepto en Extremadura, donde los alumnos de esta etapa inician el curso el día 15, y en y Ceuta y Melilla el 13.

Tal disparidad ha llevado a la Ceapa ha solicitar a las Administraciones que racionalicen el calendario escolar, de forma que el curso comience la primera semana de septiembre y termine la última de junio. Unas vacaciones estivales excesivamente largas, según ha argumentado, "desmotivan a los estudiantes, perjudican el rendimiento y fuerzan a muchas familias a buscar soluciones educativas y de ocio en el tiempo libre para los hijos, según su renta", lo que a su juicio, crea desigualdades sociales. Esta organización también critica que muchos centros gasten toda una semana del inicio del curso en presentaciones o que se pierda algún día con "excusas diversas". También que los alumnos que aprueben ESO finalicen las clases a principios de junio.