«Tomar decisiones es difícil y lo hemos pasado muy mal. En enero hemos vivido los momentos más complicados de este curso escolar. El riesgo cero no existe y el miedo, a veces, gana la partida a la racionalidad, pero la comunidad educativa nos ha vuelto a dar otro ejemplo. Los centros son espacios seguros, limitan la movilidad, generan rutinas y nos permiten tener el control de la evolución de la pandemia». Es la respuesta que ayer ofreció el secretario general de Educación, Francisco Javier Amaya, en la Asamblea de Extremadura a la pregunta de la diputada autonómica del Partido Popular Pilar Pérez: «¿Qué valoración hace del retorno a las clases tras las vacaciones navideñas en plena tercera ola de la pandemia?».

Amaya defendió que en aquel momento en el que la incidencia del covid-19 estaba disparada en la comunidad se intentó buscar un equilibrio entre la salud y la educación con el aval del primer trimestre y se tomaron medidas extraordinarias que no se impusieron en ninguna otra comunidad. Habla del inicio del trimestre de forma telemática en las enseñanzas medias (ESO, Bachillerato y FP) y presencial en las etapas inferiores (Infantil, Primaria y Especial). Esta decisión, explicó ayer, se tomó «con criterios objetivos y coordinados siempre con Salud Pública»: no solo fue por la incidencia de la comunidad, sino por la registrada entre los distintos grupos de edad. «Entre los escolares de Infantil y Primaria esa incidencia acumulada a 14 días estaba en 100 y en Secundaria, en 160. Se estaba disparando en las enseñanzas medias y por eso tomamos aquella decisión», dijo. Veinte días después, cuando se acordó retomar la presencialidad en la ESO y Bachillerato (el 25 de enero) la incidencia ya había bajado a 100 y a 80.

EL PEOR DÍA / El secretario general también desveló que el peor día de la pandemia en este segundo trimestre se registró el 21 de enero, cuando hubo 194 aulas cerradas por covid (de las 6.200 totales). A partir de ahí, la situación fue mejorando. Se pasó de realizar hasta 621 sustituciones de docentes en dos semanas (del 11 al 22 de enero) a 400 sustituciones (del 25 de enero al 5 de febrero). En estos momentos, todos los centros están abiertos y solo hay ocho aulas cerradas y con formación telemática. Por eso, a su juicio, las medidas adoptadas para el retorno escolar fueron «correctas». «Los protocolos han vuelto a funcionar».

La diputada del PP, por su parte, cuestionó la gestión realizada respecto a la vuelta a las aulas en plena tercera ola y sin test ni cribados a docentes ni alumnos: «nadie entendió la vuelta a las clases en enero mientras se adoptaban cierres perimetrales en toda la región». Pidió autocrítica al Ejecutivo y, ante una posible cuarta ola, reclamó que se escuche a la comunidad educativa, tests, una mejor organización del reparto de mascarillas y la instalación de filtros.

Sin brotes de covid en las 612 rutas de transporte escolar

Cinco conductores y dos monitores acompañantes de las 612 rutas escolares de la región (que movilizan a unos 17.000 alumnos cada día) han dado positivo en covid durante este curso escolar, en el que hasta el momento no se ha detectado ningún brote entre los alumnos usuarios del servicio. Así lo explicó ayer el director general del Ente Público Extremeño de Servicios Educativos Complementarios, Carlos Pérez Vidarte, en respuesta a una pregunta del diputado de Unidas por Extremadura Joaquín Macías. «La incidencia ha sido mínima», destacó.