Manuel Amigo señaló ayer que "una cooperativa es una empresa, y así es como debe gestionarse, desde la paz interna y la autonomía de los órganos de gobierno, donde la dirección la asuman profesionales a los que se deje trabajar".

El consejero indicó en la clausura de las Jornadas Técnicas de Acorex que este es uno de los problemas pendientes del movimiento cooperativo extremeño, que provoca en muchas ocasiones parálisis en la dirección de las cooperativas y dificultades para definir estrategias "no porque no se puedan abordar desafíos, sino porque ni siquiera se plantean".

Asimismo, apuntó que otra traba que impide que se cumplan las expectativas "y se llegue al desencanto", es la inadecuada dimensión de muchas cooperativas, "porque el tamaño importa para competir con las multinacionales, tener capacidad de presión ante las distribuidoras y plantearse proyectos importantes".

Además, las cooperativas de mayor dimensión tienen, según explicó, más capacidad para actuar como interlocutores válidos ante la Administración.

Finalmente, como tercer reto, el consejero aludió a la necesidad de "una apuesta ambiciosa en el terreno de la comercialización, que una mayor calidad, una inversión en marcas y mejor distribución, porque es lamentable que después del esfuerzo por producir con calidad, otros con peor producto se lleven el gato al agua".