Está enamorado de una cabra. No lo dice, pero en un momento de su vida, una vida feliz, de éxito, con esposa y descendencia, cree que debe sacarse el secreto de encima. Es difícil vivir con un amor y no proclamarlo. Así que allá va. Lo dice. "Estoy enamorado de una cabra". La transgresora relación no sale de los límites privados. Esta es una historia familiar. Dura, claro; pero también humorística. Una obra de teatro que, como dicen de algunas obras, lo tiene todo.

La cabra o ¿Quién es Sylvia? es también la historia del enamoramiento de José María Pou de un texto teatral. Y que además ha convertido en uno de los grandes éxitos de la escena en España: recibió el Premio Max al mejor espectáculo en el 2006 y su director, también Pou, el premio al mejor director novel. Y de nuevo Pou el Premio Nacional de Teatro de ese año. Son solo algunos de los muchos galardones que ha recibido este montaje, que hoy se representa en Cáceres.

TRADUCCION A Pou, la cara popular de la serie Policías , pero también la de montajes teatrales como El rey Lear , le llegaron ecos de esta obra de Edward Albee estrenada en Nueva York en el 2002. No aguantó a tener la obra entre las manos (en inglés, porque no había sido traducida) y cogió un avión y se plantó en el Golden Theatre, donde se representaba. "Había leído la sinopsis y fue como una premonición. Llevaba tiempo recibiendo ofertas para que dirigiera una obra y yo me resistía. Decía que lo haría cuando encontrara una función que me motivara mucho", afirma el actor.

"En 48 horas fui a Nueva York, vi la obra, que acababa de estrenarse, y volví convencido de que era la función que iba a dirigir".

No solo la ha dirigido sino que se convirtió en uno de los proyectos personales de su vida. La tradujo, la produjo y la ha mantenido viva hasta este mismo año. El 21 de diciembre echará el telón definitivamente después de dos años y medio de representaciones. Pero para Pou y los actores que le acompañan (Amparo Pamplona, Juanma Lara y Alex García) la función de hoy en Cáceres valdrá como un estreno.

"Ese es el milagro del teatro. Cuando uno es responsable de su trabajo, no hay rutina. A mí me produce nerviosismo salir al escenario en Cáceres. Nunca una función es la misma. Aunque el texto sea el mismo, el resultado es distinto. Contamos la misma historia, pero de manera distinta".

Este montaje es para José María Pou una declaración de principios. "Responde a mi manera de entender el teatro". Y claro, nadie iba a quitarle el papel de Martin, ese arquitecto que acaba de ganar el Premio Pritzker de arquitectura, y que oculta una pasión. La de su amor por Silvia. ¿Pero se puede amar a una cabra? "Ahí está el reto que plantea Edward Albee. Pretende remover las conciencias de los espectadores poniéndoles delante de una situación extrema".

Lo que comienza con aires de comedia, de euforia tras el premio, de éxito social, de recompensas personales, va derivando hacia la tragedia desde el momento en que Martin confiesa que mantiene relaciones sexuales con el animal. "Es uno de los tabúes más grandes de la sociedad, este de la zoofilia, del que nadie quiere hablar", reconoce Pou. Recuerda, sin embargo, que no era para él una situación extraña. "Muchos hemos escuchado historias de adolescentes que se iniciaban sexualmente con animales y que se contaban como chascarrillos en la mili".

Eran historias del pasado, del mundo rural, asociadas a determinados estratos sociales. Pero lo que zarandea al público en esta obra es que el contexto es urbano, el ambiente social, sofisticado y su protagonista, un intelectual. De las reacciones que provoca su confesión habla esta obra. "En el fondo, analiza la capacidad de tolerancia".

El final de las representaciones de La cabra o ¿Quién es Sylvia? dejará en Pou un recuerdo seguramente imborrable. Aunque sea un actor con 40 años de profesión, que ha estrenado unas 47 obras teatrales, y esté acostumbrado a experimentar estos recuerdos de los buenos trabajos, este será especial.

"He sentido por primera vez que yo era responsable de todo el espectáculo y he dejado en él gran parte de mi vida". Pero "uno es tan inquieto que ya está pensando en otras cosas, en otros proyectos. Mañana (por hoy) estreno la última película de Ventura Pons, Barcelona, un mapa , que rodé hace unos meses, cuando representaba La cabra . Así que los trabajos y las emociones se van sustituyendo unos a otros".

De Pou es fácil decir que es uno de los grandes. Tanto si se piensa en papeles televisivos como el de policía de El caso del cadáver descuartizado de la serie de La huella del crimen , teatrales (en Arte o en El rey Lear ) o cinematográficos (cómo no recordar Amigo amado ) inmediatamente atrae sobre sí la atención. ¿Y qué hace a uno grande? "A los actores que he admirado, lo he hecho porque han llegado a emocionarme, me han hecho creer que no estaban actuando sino que lo que sucedía en ese momento era verdad. Entonces me pongo contento cuando alguien dice de mí eso, que no parezco actor, que estoy viviendo lo que interpreto".