Animales y conductores no resultan una buena combinación en la carretera. En los últimos años el número de accidentes de vehículos por colisión con un animal se ha incrementado considerablemente, tanto en carreteras convencionales como en autovías o autopistas, hasta el punto de que las asociaciones conservacionistas sostienen que este tipo de incidentes se han convertido en la primera causa de mortandad entre la población animal.

Pero las consecuencias de estos atropellos tienen un mayor alcance. En Extremadura, según los datos del Servicio Forestal de Caza y Pesca de la Dirección General de Agricultura y Medio Ambiente, durante el 2004 se produjeron 62 accidentes ocasionados sólo por especies cinegéticas, que provocaron daños por valor de 176.876 euros. Curiosamente, la provincia cacereña registró 44 accidentes por los 18 que ocurrieron en la pacense y el importe de los daños en Cáceres (116.486 euros) casi dobló al de Badajoz (60.389 euros).

A ello habría que sumar los accidentes que se producen por atropellos a animales domésticos --aquí entran perros, vacas, caballos...-- que suelen doblar la cifra de los de especies cinegéticas --ciervos, jabalís...--. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), en el 2003 se registraron 175 accidentes con animales domésticos y 88 con especies cinegéticas y el mayor número del total de atropellos tuvo lugar también en la provincia de Cáceres (201).

Los culpables

En cuanto a los culpables, son jabalís, ciervos y perros los que provocan el 65% de los accidentes. En concreto, tres de cada diez colisiones (32,4%) son contra jabalís, seguidos de los ciervos, 22%, y los perros, 21,2%.

Pero atendiendo sólo a los animales domésticos, son los perros los que más problemas originan, estando implicados en seis de cada diez accidentes. En este apartado destacan también las vacas (14% de las colisiones), los caballos (13%) y las cabras y ovejas (10%). Por su parte, los jabalís causan la mitad de los sucesos referidos a especies cinegéticas, delante de los ciervos (34%) y los zorros (7%).

Hay más datos curiosos. Los choques con animales domésticos se suelen producir mayoritariamente en fines de semana y en verano. El 60% de estos accidentes ocurren durante la noche y sólo el 6% de los animales son conducidos por una persona. Unas cifras similares a las de especies cinegéticas, aunque en función de las épocas de celo, alimentación y migraciones. Además, la mayoría de los accidentes ocurren en carreteras convencionales (78%), ya que estas vías son de acceso más fácil para los animales.

Los datos de la Dirección General de Tráfico indican que en España se producen una media de 17 accidentes diarios en los que está implicado un animal. De ellos, solamente el 5,1% se saldan con víctimas --el 0,3% con víctimas mortales--, y el resto, 94,9%, sólo con daños materiales en los vehículos. Los accidentes ocurridos durante el 2003 en las carreteras españolas tuvieron un balance de 17 fallecidos, 76 heridos graves y 396 leves.

Las responsabilidades

Pero, ¿quién es el responsable de un suceso de este tipo? Si el animal que invade la calzada es doméstico, la responsabilidad de cualquier accidente recaerá sobre su dueño. Aquí, la ley también contempla que si el animal se encuentra en una autopista, las consecuencias económicas y legales deberán ser asumidas por el propietario de la citada vía que, por norma, debe estar vallada.

Si el animal implicado en la colisión corresponde a una especie cinegética, y sin dueño, también se pueden depurar responsabilidades. De esta forma, si se trata de un animal de caza o salvaje, se debe reclamar al dueño del coto o, si éste es público, a la Administración. Por su parte, el Estado tiene que hacerse cargo de los daños que originen especies que se escapen de reservas o parques nacionales.