Llega el año de la promesa. La fecha señalada para que el ferrocarril en Extremadura deje de pertenecer al siglo XIX. 2019 está marcado en rojo en el calendario: la región por fin tendrá una vía de tren digna. Al menos, ese es el compromiso.

Fue en febrero de 2017 cuando el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, acudía a Garrovillas de Alconétar para garantizar lo mismo que ya hizo su homóloga Ana Pastor y que no se cumplió: Extremadura renunciaba al AVE (que ya acumulaba retrasos) a cambio de un tren rápido que empezaría a funcionar en 2015 y comunicaría Badajoz y Madrid en tres horas y media. Pero ni una cosa ni la otra.

De la Serna volvió a repetir esa promesa de tren rápido para 2019 y además, como novedad, le puso fecha a la electrificación: 2020. Esto no significa que ya entonces habrá AVE (para ello es necesario doble vía en todo el trazado para que puedan pasar dos servicios a la vez y ancho internacional, de momento es solo ibérico) pero sí supondrá una gran y necesaria mejora en los tiempos de recorrido.

Desde aquel compromiso del titular de Fomento han ocurrido numerosos percances: un error en el Presupuesto General del Estado que trasladaba el final de las obras a 2025, infinidad de incidentes en la vía convencional (ejemplo gráfico: un vagón ardiendo y viajeros tirados con su equipaje en mitad de un secarral bajo el calor de agosto) y hasta un cambio de Gobierno con un nuevo titular de Fomento, José Luis Ábalos, que, según sus palabras, «en la medida que permite el presupuesto», ha mantenido los plazos acordados. También, entre los contratiempos a destacar, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, tuvo que salir a pedir disculpas por las numerosas averías durante el pasado puente del Pilar.

LA REALIDAD

Hasta ahí la teoría del cuál es la situación real del ferrocarril en Extremadura y la evidencia de que necesita mejorar. Pero, ¿habrá tren digno en este año a punto de empezar?

Desde Adif confirman que el 85% de las obras de la línea entre Badajoz y Plasencia ya están acabadas y en el resto de tramos pendientes los trabajos ya se han iniciado. Destacan, por ejemplo, la finalización del viaducto sobre el río Tajo (de 6,5 kilómetros) entre Cañaveral y el embalse de Alcántara. De esta manera, confían en cumplir su compromiso de que esté todo listo a lo largo de 2019.

Adif insiste en que lo prometido es lo que llaman la primera fase de la conexión de Extremadura a la red de alta velocidad, o lo que es lo mismo, la plataforma del AVE entre Badajoz-Plasencia (164,6 kilómetros, de los que faltan 27,7 kilómetros por rematar), donde además ya se está llevando a cabo el montaje de vías y las instalaciones de seguridad.

Después habría que esperar a 2020 para la electrificación (Extremadura es la única comunidad autónoma sin un solo kilómetro de línea férrea electrificada), que ya se incluye en el presupuesto global. Hasta la fecha se han invertido más de 1.000 millones de euros, falta otros 500 para completar la cuantía prevista.

De momento habrá doble vía entre Plasencia y Cáceres y entre Cáceres y Mérida. En todo el trayecto se colocará traviesa polivalente, lo que significa que sirve tanto para el ancho ibérico como para el internacional (más estrecho) si en un futuro llegara el AVE.

Por esta nueva plataforma podrán circular locomotoras diésel a velocidad de hasta 300 kilómetros por hora (otro asunto es la deficiencia de algunos vagones, con goteras, sin calefacción ni aire acondicionado o con aseos estropeados).

¿Y DESPUÉS DE PLASENCIA?

La duda que surge ahora es si las mejoras en el tren extremeño se frenarán justo en la frontera de Plasencia, donde acaba la primera fase y empieza la segunda, que llega hasta Talayuela-Oropesa, al límite con la provincia de Toledo. Son 68,6 kilómetros de los que solo hay finalizados 8,5, el tramo entre Talayuela y Arroyo de Santa María. El resto están ya en trámites, pero hay dos parados: Arroyo de Santa María-Navalmoral de la Mata y Malpartida de Plasencia-Estación de Plasencia.

Pero tal y como reiteran desde Adif, esta parte no entra dentro del compromiso para 2019. Tampoco la tercera fase, la que iría desde Madrid a Oropesa y permitiría que el tren extremeño se enganchara a la línea de alta velocidad que llega a la capital madrileña. De momento, solo está sobre la mesa el proceso de redacción del estudio informativo.

LAS ESTACIONES

Otro asunto pendiente son las nuevas estaciones en Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia incluidas en el plan, pero previstas a largo plazo, de manera que la opción son los ramales de conexión entre la plataforma del AVE y la vía convencional.

En el caso de Plasencia, ese ramal está en obras; en Cáceres, el de la zona norte ya está listo y el del sur también se encuentra en obras; en Mérida existe una conexión alternativa a la espera del by-pass (un empalme ferroviario) que permita el acceso directo a la estación actual; pero en la continuación hacia Badajoz y en el entorno de la capital pacense los trabajos van más retrasados. El proyecto está planteado, pero debe terminar a tiempo para que realmente en 2019 circule un tren digno por Extremadura.