Unos 770 casos de cáncer de mama se diagnostican cada año en Extremadura, de los cuáles, el 68% se detecta en estadios precoces gracias a los programas de detección, según señaló ayer el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles. Vergeles hizo estas declaraciones antes de participar en las inauguración de las jornadas divulgativas organizadas por la Asociación de Oncológica Extremeña de Mérida (AOEX-Mérida).

En este sentido, el titular de Sanidad destacó el «éxito» del programa de cribado «tan consolidado» que tiene la región, que se dirige a mujeres de entre 50 y 69 años, así como a aquellas que tienen menos de 50 pero cuentan con «antecedentes personales de primer grado».

Por ello, hizo un llamamiento a las 145.000 extremeñas que se sitúan en esta franja de edad para que «no tengan miedo» y se sometan a las pruebas de detección, ya que «cuando el cáncer se diagnostica en unos estadios tan tempranos no hay que ser agresivo en la cirugía ni en el tratamiento y el pronóstico es magnífico». El cáncer de mama representa uno de los principales problemas de salud pública y la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres. No obstante, el índice de supervivencia supera el 50%, por lo que hay que trasladar un mensaje «positivo» a la mujeres que padecen esta enfermedad, subrayó.

«Debemos acostumbrarnos a las enfermedades crónicas y trabajar en este sentido», indicó Vergeles, pues, de acuerdo con la evolución de la esperanza de vida de la población española, en el futuro uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres padecerán cáncer.

En cuanto a la tasa de oncólogos médicos, en Extremadura tiene 3,34 especialistas por cada cien mil habitantes, por encima de la media nacional (2,34), aunque existe un «déficit» de personal en algunas áreas, como la de Don Benito, a la que este mes se ha incorporado uno más.