Investigadores extremeños han demostrado que la existencia de antecedentes de anorexia nerviosa están implicados en el diagnóstico clínico y en la respuesta al tratamiento de los pacientes con bulimia nerviosa. Es decir que la respuesta al tratamiento y el grado de recuperación pueden depender del hecho de que el enfermo haya tenido antecedentes de anorexia nerviosa, anorexia restrictiva o anorexia compulsiva purgativa.

También hay datos que demuestran una variación en las edades en las que se padecen trastornos alimentarios. "No parece que se esté produciendo un incremento de los trastornos de la conducta alimentaria, sino que estamos en un momento en que se tiende a la estabilización de los casos; lo que sí ha ido cambiando es la edad de las pacientes", alerta Francisco Vaz, catedrático de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Uex. Antes eran chicas fundamentalmente jóvenes, con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, y ahora son mujeres mayores, a partir de 35 años, y chicas muy jóvenes, "más bien niñas de 12 ó 13 años", explica Vaz. La explicación, bajo su punto de vista, es bastante clara: "El cambio se debe a un incremento de las dietas a edades cada vez más tempranas".

Estas son algunas de las conclusiones y valoraciones principales a las que se ha llegado en esta investigación realizada por miembros del Grupo de Investigación Psicología en la Salud y la Enfermedad de la Uex, en el marco de un proyecto, subvencionado con cargo al Fondo de Investigación Sanitaria y el Fondo Social Europeo, acerca de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

Por ejemplo, en pacientes con bulimia que tenían antecedentes de anorexia nerviosa se observó que permanecían algunos rasgos de esta enfermedad: menor peso corporal, aumento del perfeccionismo y mayor dependencia, así como síntomas más graves, recuperación más lenta y peor respuesta al tratamiento.

Sin embargo, los pacientes con antecedentes de anorexia compulsiva purgativa tenían más vómitos, menos insatisfacción corporal, menos síntomas depresivos y mejores resultados tras el tratamiento. Según Francisco Vaz, "para aquellas pacientes que tienen antecedentes de anorexia nerviosa supone un cambio clínico importante en el tratamiento en comparación con pacientes sin antecedentes previos".

Las conclusiones de este estudio, publicado en el International Journal of Eating Disorders , indican que el paso de una forma de trastorno de la alimentación a otro, en particular de anorexia nerviosa a bulimia nerviosa es un problema clínico común, mientras que es muy poco frecuente, que los pacientes con bulimia desarrollen posteriormente anorexia.

Esta investigación se llevó a cabo en la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz. Para ello fueron seleccionadas 75 mujeres que padecían bulimia nerviosa evaluando la psicopatología y la personalidad. A efectos del análisis estadístico se consideraron y compararon tres grupos de pacientes: con antecedentes de anorexia restrictiva (el paciente fundamentalmente no come, hace mucho ejercicio y se mantiene); con historial de anorexia compulsiva purgativa (con síntomas de anorexia y bulimia); y por último pacientes con bulimia nerviosa sin antecedentes de anorexia.

La Uex viene desarrollando una importante investigación en este campo y estos estudios indican, según Vaz, que probablemente en el futuro solo habrá una categoría de diagnóstico de los trastornos de la conducta alimentaria, desapareciendo los subtipos de anorexia y bulimia, puesto que lo importante es atender al perfil clínico del paciente.

Este estudio ha sido presentados en Burgos, en el Congreso de la Asociación Española de Trastornos de la Conducta Alimentaria, del 26 al 28 de mayo.