Organizaciones de apicultores de la región, COAG Extremadura y ASAJA Extremadura celebraron ayer en Mérida una concentración para exigir que cambie el etiquetado de la miel que se vende para que se refleje el país de origen y no se perjudique al sector extremeño, y para demandar a la Asamblea que apoye sus demandas.

El acto tuvo lugar en la Plaza de España, donde los concentrados portaban pancartas con lemas como «las abejas se mueren» y «consume miel extremeña», y tras el que representantes del sector han ido a la Asamblea regional para entregar a los grupos parlamentarios un documento con sus reivindicaciones y las apoyen en su labor en la cámara.

El presidente de la Asociación Cacereña de Apicultura y responsable del sector de la miel de COAG Extremadura, Paulino Marcos, subrayó que reclaman un etiquetado «correcto» que «no engañe y no lleve a la confusión a los consumidores» ya que, ha argumentado, se envasan mieles procedentes de países de países como China «sin garantías».

En cuento a las pérdidas económicas del sector, señaló que los apicultores venden su miel a entre 2,20 y 2,40 euros el kilo cuando el coste de producción es de 2,60, mientras que los precios de la que procede de terceros países se sitúan entre 0,90 y 1,10 euros. En Extremadura hay unos 1.500 apicultores. H