Los 300 empleados que Carcesa tiene en Extremadura recibirán al mediodía de hoy en Mérida el apoyo de sindicatos, organizaciones agrarias y algunos responsables de partidos políticos. Es una concentración en protesta por la situación que atraviesan las tres plantas extremeñas del grupo Nueva Rumasa, a la que asistirán los líderes sindicales y de las Opas de la región, que defienden también el futuro de los tomateros, sector directamente relacionado con Carcesa. A este respecto, Apag Extremadura Asaja destacó ayer que el grupo de la familia Ruiz-Mateos debe cerca de 1,5 millones de euros a una docena de cooperativas extremeñas.