Hay municipios en los que sus vecinos no pueden concebir un ayuntamiento que no esté habitado por el alcalde de toda la vida, y eso es lo que parece suceder desde hace 25 años en siete pueblos extremeños. Entre los actos organizados por la Federación Extremeña de Municipios y Provincias para conmemorar el XXV aniversario de los ayuntamientos democráticos, el que se desarrollará hoy en Mérida tiene un especial significado, ya que se rendirá un homenaje a los siete alcaldes que llevan desempeñando el cargo de forma ininterrumpida desde 1979, así como a las siete primeras alcaldesas elegidas democráticamente.

De los alcaldes que ganaron en Extremadura las primeras elecciones democráticas del 79 todavía se mantienen Antonio de Sande (PSOE) en Villa del Rey, Crescencio Domínguez (PP) en Valdeobispo, Amador Alvarez (PP) en Carrascalejo, Leoncio Bote (PP) en Gargüera, Nicomedes Delgado (PSOE) en Mengabril, Ramón Rocha (PSOE) en Olivenza y Antonio Cabanillas (PSOE) en Orellana la Vieja.

De todos ellos, el que lleva más tiempo en el cargo es Leoncio Bote, de 60 años, que ya era alcalde en la dictadura, aunque confiesa que no le "gustaba" el antiguo régimen. La verdad es que yo no he cambiado mucho desde la dictadura hasta ahora, siempre fui una persona muy abierta", insiste Bote, que aclara que desde que llegó la democracia siempre ha conseguido la mayoría absoluta en las elecciones. La clave: "trabajar y trabajar por el pueblo todo lo que se ha podido".

El currículo más curioso de los siete quizás lo tenga Antonio Cabanillas, un maestro de 55 años que desde el pasado año compagina la Alcaldía de Orellana la Vieja con las clases en un centro educativo de Don Benito y, además, es propietario de una de las discotecas que más nombre tiene en la zona.

Antes de entrar en política Cabanillas fue músico, mánager de grupos musicales --entre ellos Los Chunguitos y Las Grecas-- y empresario de hostelería. "La verdad es que decían que tenía un gran futuro en el mundo de la música, pero terminé en la política", sostiene. Trabajo, ilusión y honradez son las tres claves que, según el alcalde de Orellana, le han dado la victoria en las urnas desde el 79, un periodo de tiempo en el que "se han producido cambios sustanciales tanto en el modelo social como en la forma de pensar".

Su anecdotario es de los más divertidos y entre sus recuerdos destaca el día que un vecino le propinó "un garrotazo porque no quería pagar la contribución", el miedo que pasó el 23-F "porque estaba en una lista de los que tenían que fusilar al día siguiente" o un mitin de Ibarra en Don Benito "en el que se comenzó a hundir el escenario y tuvimos que meternos debajo para sujetarlo hasta que terminó el acto". Asegura que ésta es su última legislatura.

Amador Alvarez, de 59 años, afirma que continúa en el cargo por "no ser egoísta" y atender el requerimiento de sus vecinos de Carrascalejo, "que son los que me empujan a seguir". El alcalde popular asegura que no tenía "vocación política", pero los amigos le terminaron convenciendo para que se presentara por UCD en las primeras elecciones. Más tarde, en el 82, fue el Partido Socialista el que le pidió encabezar sus listas como independiente, pero decidió hacerlo con Alianza Popular.

Otro de los históricos en la política extremeña es el socialista Ramón Rocha, de 64 años, que desde 1979 ha vencido por mayoría en todas las elecciones celebradas en Olivenza. "Demasiadas mayorías --sostiene--, se trabaja con tranquilidad pero creo que es necesario que exista una buena oposición".

Rocha recuerda que cuando llegaron por primera vez al ayuntamiento en el 79 "un montón de hombres y mujeres, un compañero me dijo que dónde íbamos nosotros y yo le respondí que íbamos a intentar hacerlo bien. Desde entonces han pasado 25 años".

Uno de los más queridos es el socialista Nicomedes Delgado, de 55 años, que además de dirigir el Ayuntamiento de Mengabril ayuda a todos los vecinos que se lo piden "a hacer los papeles que necesitan o las llamadas que precisan, así somos los alcaldes de los pueblos pequeños".

Antonio de Sande, de 67 años, es otro de los alcaldes que lo da todo por sus vecinos. "Esto de la alcaldía es como una droga, no puedes dejarlo, quieres seguir dándolo todo y es que merece la pena trabajar por tus convecinos", asegura el edil socialista de Villa del Rey, que afirma no haber "cogido ni un día de vacaciones en 25 años". Quizá eso le ha permitido ganar todas las elecciones en un municipio en el que las listas son abiertas.

En cuanto a las mujeres, es Manuela Frutos la que ha estado a un paso de gobernar 25 años Valverde de Mérida, alcaldía a la que accedió con sólo 22 años y que perdió en las elecciones del 93, a pesar de ganarlas, tras el pacto que hicieron populares e independientes. "En todos esos años todo se fue haciendo a base de experimentar cosas e ir aprendiendo", afirma.