Las dificultades orográficas hacen que en Valdecañas tenga que regarse por elevación: el agua se bombea hasta unas torres desde las que después cae, ganando la suficiente presión como para llegar a todos los cultivos. De esta forma, desde que comenzaron los riegos, en 1989, ha podido utilizarse la aspersión. Sin embargo, el presidente de la Comunidad de Regantes de Valdecañas, Francisco Javier Moreno, explica que desde que a mediados de los noventa se instalaran unos contadores volumétricos en las parcelas "aquí no hemos modernizado nada". "Todos los años solicitamos proyectos de modernización pero no nos los conceden", añade.

Ampliar a todos los regantes la instalación de los contadores --que permiten ajustar el pago al consumo de agua que se hace-- o la sustitución de los motores que bombean el agua por otros que consuman menos son dos de las medidas que Moreno cree que habría que tomar.