La vicepresidenta y consejera de Hacienda y Administración Pública, Pilar Blanco-Morales, presentó ayer al Consejo de Gobierno el borrador del texto articulado de la ley de presupuestos de la Junta para 2018. Este paso es una formalidad, pero en la práctica supone el inicio de la tramitación de las cuentas (a partir de ahora se empezarán a pedir los informes a los diferentes órganos consultivos) y evidencia la intención del Ejecutivo socialista de presentar un nuevo presupuesto y negociarlo con los grupos de la oposición.

«Queremos evitar la prórroga y por eso hemos adelantado los trámites para ser más diligentes», afirmó ayer la portavoz de la Junta, Isabel Gil Rosiña. Según explicó, ahora el siguiente paso será adaptar los estados de ingresos y gastos al nuevo organigrama de la Junta, de tal forma que estará «en disposición» de sentarse la próxima semana con los grupos de la oposición ya con un borrador sobre la mesa.

A partir de entonces, por tanto, «se inicia la estricta negociación» de las cuentas, toda vez que en las tres rondas de reuniones mantenidas en el último mes con PP, Podemos y Ciudadanos solo se ha hablado de una posible reforma fiscal para la que no hay acuerdo, al menos de momento. Gil Rosiña reiteró ayer que el Ejecutivo acudirá a esta nueva negociación «con la mano tendida» para intentar alcanzar consensos que permitan mejora la vida de los extremeños.

Sobre este asunto también se pronunció ayer el líder del PP, José Antonio Monago, que lamentó que a 31 de octubre su grupo no tenga todavía borrador alguno de los presupuestos para 2018. Monago advirtió que será responsabilidad de la Junta si finalmente se prorrogan las cuentas ahora en vigor y para que eso no ocurra instó al Ejecutivo socialista a sentarse a negociar al igual que hizo en los dos años anteriores.