El pasado miércoles, 3 de junio, comenzó el periodo de exámenes en la Universidad de Extremadura probablemente más excepcional de su historia. La epidemia de coronavirus lo ha cambiado todo y también la forma de examinar a los estudiantes. Mientras un 35% de los docentes de la UEx han decidido valorar el curso a través de una evaluación continua, el 65% hará exámenes. Y lo especial de este año que no pueden ser presenciales, sino telemáticos. ¿Y cómo se hacen este tipo de pruebas por internet? La pregunta se planteó en un Consejo de Gobierno de la UEx en el que se aprobaron unas instrucciones que, entre otras cosas, permiten tanto grabar a los alumnos durante la realización de las evaluaciones en sus casas, como videovigilarlos a través de sus webcams. Es una forma de garantizar la integridad de las pruebas, de evitar trampas durante su desarrollo y también en el caso de exámenes orales de permitir la revisión o reclamación de las calificaciones por parte del alumnado.

Pero el uso de herramientas de grabación molestó a los estudiantes desde el primer momento en que se planteó. En ese mismo Consejo de Gobierno, a mediados de mayo, los representantes de los alumnos se mostraron en contra de las cámaras porque, a su juicio, supone violar la intimidad de los estudiantes y de sus hogares y, además, consideraban que de esta forma se les estaba poniendo en duda: «Actuar bajo el pretexto de que todos los estudiantes copian no nos respeta», señalaron en un comunicado tras aquel encuentro.

Pero ahora, con el periodo de exámenes virtuales ya iniciado, vuelven las quejas. Varios estudiantes de la UEx siguen denunciando que esta forma de evaluar es «un atropello» sobre los derechos de los estudiantes. «Nos obligan a realizar exámenes en los que somos grabados en nuestro domicilio produciendo un perjuicio irremediable sobre nuestra intimidad y la de nuestra familia. Esto vulnera claramente el artículo 18 de la Constitución Española y el artículo 8.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y además el Tribunal de Estrasburgo valoró que cualquier intromisión en la vida privada que no tenga una regulación de rango legal, es decir, por ley orgánica, es lesiva del derecho a la privacidad y es evidente que esto supera a las competencias del equipo directivo de la UEx», señalan distintos estudiantes.

También lamentan que, si se niegan a ser grabados, no hay alternativa. La instrucción de la UEx indica que todos los estudiantes tienen que ser informados al inicio de las pruebas online de cuáles son las condiciones y que un estudiante puede negarse u oponerse a ser grabado y en ese caso su calificación sería de no presentado.

DUDAS / Al margen de las estas últimas críticas que llegan con el periodo de exámenes ya en marcha, lo cierto es que el uso de los sistemas de videovigilancia a la hora de evaluar ha generado dudas respecto a la protección de los datos en el conjunto de las universidades que han recurrido a la evaluación no presencial ante el riesgo de expansión de la pandemia de covid-19. Tanto es así que la propia guía elaborada por la universidad extremeña con las premisas relativas al cumplimiento de la normativa vigente en materia de protección de datos en la evaluación online está basada en las normativas de distintas universidades y recoge indicaciones del Ministerio de Universidades, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), sus delegados de protección de datos y la propia Agencia Española de Protección de Datos.

Ante las últimas quejas, el rector de la UEx, Antonio Hidalgo, entiende que las medidas adoptadas son aceptables y proporcionadas «porque la universidad tiene que saber quién se está examinando y, por lo tanto, la medida es proporcional. En realidad, es como cuando van a un examen presencial y están permanentemente a la vista de sus profesores». Asimismo, señala que el alumno tiene fórmulas para evitar la inviolabilidad de su hogar, como colocarse delante de una pared en la que no se vea nada de su domicilio y evitar que pase alguien por detrás. «La recomendación es que estén completamente aislados durante las pruebas y así se obtienen imágenes solo de ellos».

‘PROCTORING’ DESCARTADO / Hidalgo recuerda también que hay una herramienta que se ha descartado precisamente por posibles problemas en el ámbito de la privacidad. Es el ‘proctoring’, que utiliza reconocimiento facial e inteligencia artificial para verificar la identidad del alumno y monitorizar su actividad durante un examen. «Ahí ya estaríamos hablando de otra cosa».

Por eso, defiende tanto la grabación, que puede ser incluso «más garantista para el estudiante que para la institución» porque permite la revisión de la prueba, como la videovigilancia, «menos invasiva porque no se conservan las imágenes», apunta. La elección tanto del sistema de control como del tipo de examen depende exclusivamente a cada docente. «Nosotros les hemos ofrecido todas las posibilidades de exámenes que entendemos que son correctas y cada profesor decide».

De todos modos, el rector plantea una cuestión compleja de definir incluso desde el punto legal. «Aquí entran en colisión dos intereses, por un lado la necesidad y el derecho que tiene la universidad de documentar permanentemente que la persona que se está examinando es la correcta y por otro lado, el derecho a la intimidad. Y, en cualquier caso, considera que la decisión adoptada en base a las indicaciones de disTintos órganos es «proporcional a lo que se busca». No obstante, la polémica ya ha llegado incluso a un juzgado de Córdoba tras la denuncia de un estudiante de la universidad andaluza que se oponía a ser grabado. De momento, el juzgado solo ha admitido el recurso para su estudio, pero aún no hay fallo.

No obstante, el rector asegura que más allá de escuchar las aportaciones de los estudiantes en el Consejo de Gobierno, donde se redactaron y aprobaron por mayoría las normas para la evaluación telemática, él no ha recibido formalmente quejas de ningún alumno por esta situación. Calcula, asimismo, que se realizarán cerca de 60.000 exámenes telemáticos en la UEx en las próximas semanas.