La exposición Picasso la multiplicidad del vértice, que se inaugura hoy en el Museo de Cáceres, tiene una lectura añadida al valor artístico de las obras, todas grabados, del pintor malagueño. Pertenecen a fondos de Extremadura. Es decir, han sido compradas casi en su totalidad por coleccionistas de la región para sus colecciones particulares. Reacios a darse a conocer, los coleccionistas realizan una sana acción en favor del arte: permiten vivir a los artistas, aumentan el patrimonio de un lugar y favorecen el negocio que se mueve en torno a la creación plástica. En Extremadura constituyen una especie sin apenas protección. Por eso sorprende encontrarlos en exposiciones públicas como esta. A Juan Espino ya se le conocía su afición a comprar arte y para esta muestra promovida por la Asociación de Amigos del MEIAC de Badajoz, que él preside, ha cedido tres picassos y una veintena de libros relacionados con el autor del Guernica. La familia Arahuete-Charco ha cedido un grabado. El mayor volumen de la exposición procede de la colección de Fernando Palacios y María del Carmen Moreno, de Almendralejo, como Espino: un grupo de grabados y cinco valiosos libros de artista: obras literarias que Picasso recreó en imágenes, entre ellos El entierro del conde de Orgaz, del propio Picasso, y Gavilla de fábulas sin amor, de Camilo José Cela. Otros dos grabados pertenecen a Caja Rural de Almendralejo y tres al Museo de Cáceres.