En 2009, un regimiento de artillería del ejército regular maliense ejecutó un ejercicio de tiro, actividad que no volverían a practicar en mucho tiempo. Ahora, siete años después, lo han vuelto a repetir tras salvar muchas dificultades y con los militares extremeños como principales organizadores y ejecutores de la actividad. Lo han hecho, además, tras sólo cinco semanas de entrenamiento. "Ha habido mucha progresión. Les ha costado", dice el capitán Manuel Lorente Crespo, jefe del equipo de apoyos de fuego de la EUTM Mali VII y componente del contingente extremeño que se desplazó hace ya casi seis meses al país africano, quien también incide en las diferencias culturales entre los soldados locales. "Los hay con una cultura grande, que entienden los cálculos a la primera. Pero también los que no han aprendido a leer en la vida", comenta. Es la primera vez que instructores de la Unión Europea realizan un ejercicio de artillería con el ejército de esta nación.

"Los soldados malienses tienen mucho miedo a la vergüenza y a cometer errores", prosigue el capitán, que explica el por qué del éxito de la misión. "La confianza entre ellos y nosotros es fundamental, y eso se ve reflejado en los resultados", dice. Los alumnos, del 36 Regimiento de Artillería de Kati, han recibido formación en el manejo de un obús soviético. Y es que las diferencias entre la artillería española y la maliense son notables. Los goniómetros, por ejemplo, utilizan milésimas soviéticas que obligan a convertir las unidades. Inconvenientes que extremeños y malienses solventan con tiempo y paciencia. "Les tratamos como iguales, de tú a tú, y hay bromas. Pero también les decimos que esperamos lo mejor de ellos, y que no pasa nada si hay que repetir, repetir y repetir", manifiesta Lorente.

El propósito es que el regimiento maliense sea capaz de utilizar estas técnicas en el norte si tienen que entrar en combate. Por ello, los soldados de la región extremeña se limitaron a supervisar la actividad, que se condensó en cuatro ejercicios para los que se emplearon dos piezas de artillería (obús) y doce proyectiles "El tiro es el culmen de la artillería", zanja el capitán Lorente. No en vano, la actuación, efectuada en una gran explanada lejos de la población civil y con una ladera a cinco kilómetros de distancia como objetivo (este tipo de armamento puede llegar a más de 18 kilómetros) se condensó en varias fases con diversas descargas cada una. Al finalizar el día, y como confirmó el propio Lorente, la actividad resultó un éxito.

Agradecidos

Y el ejército maliense no puede mostrarse más agradecido. Lo hace en conversaciones con este diario a través del teniente Traore Jacouba. "Desde el inicio de la formación, el nivel ha mejorado mucho. El método que nos han enseñado nos da mayor confianza que el que teníamos antes", avanza el militar africano. Y también señalan las diferencias entre el armamento y la metodología de ambos países. "Estamos aprendiendo a manejar las nuevas. Estamos agradecidos a los extremeños por lo que nos han entregado, como todo el material de topografía", manifiesta.

"Los métodos europeos son más fiables y también más rápidos. De ahí el interés en que todos los hombres de la unidad aprendan los métodos". Aunque el teniente Jacouba no guarda ninguna duda sobre la capacidad de las tropas del ejército regular maliense de encarar un conflicto armado. "Estamos preparados para ser desplegados al norte. Estamos seguros de que, cuando nos toque desplazarnos, vamos a cumplir la misión", finaliza.