El arzobispo de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, Celso Morga, ha remitido un escrito a Roma, dirigido al cardenal Oullet, en el que propone dar a Guadalupe un estatus especial dentro de la demarcación eclesiástica, dado que la confrontación entre la provincia eclesiástica extremeña y la archidiócesis de Toledo, de la que depende el monasterio, a pesar de estar en territorio extremeño, en concreto cerca de la diócesis placentina. Se trata por tanto de darle una jurisdicción territorial única, una prelatura.

Celso Morga hizo este comentario en el transcurso de un desayuno con los medios de comunicación con motivo de las Navidades.

El arzobispo de Badajoz, conocedor de los intentos de sus antecesores Antonio Montero y García Aracil para lograr cambios en la actual situación de Guadalupe, y dado que en Toledo parece que no quieren oír hablar del asunto y que Roma aconseja que “se pongan de acuerdo entre ustedes”, busca una opción con la que al menos se pueda dar algún adelante.

En ese sentido, ha propuesto también que mientras se resuelve el conflicto, que trasciende el ámbito eclesiástico, se permita que los actos religiosos de la Hispanidad y de Extremadura los presida un extremeño, lo que también entraña su dificultad, según explicó.

El escrito, que ya ha sido remitido a Roma, no es el primero que envía; ya se refirió a este asunto en una misiva al papa, sobre el que no hubo pronunciamiento. No obstante, consideró que se trata de una fórmula un tanto salomónica, con la que nadie gana ni pierde, pero se conseguiría un estatus propio, como el que goza Loreto, en Italia.

Una prelatura es una dignidad eclesiástica católica, conferida por el papa, frecuentemente honorífica, que puede incluir una jurisdicción territorial o personal -obispado, abadía--, siendo el arquetipo de prelado el obispo, cuya prelatura es la diócesis, que solo afecta al monasterio o el templo y su puebla o pueblo.