La organización agraria Asaja Extremadura acogió ayer con satisfacción que el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, haya reconocido que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está causando un grave perjuicio al campo extremeño, aunque lo haya hecho «con muchos meses de retraso». Su presidente, Ángel García Blanco, también considera apropiado que Vara pida una reunión con la ministra de Trabajo para intentar encontrar otras fórmulas «que no asfixien, como está ocurriendo, a las producciones extremeñas». A su juicio, esta subida del SMI no solo ha puesto en serio riesgo a cientos de explotaciones agrarias sino también «ha alentado desgraciadamente la proliferación de la economía sumergida».