La asociación Alternativa Joven de Extremadura alerta de las nuevas formas de agresión entre escolares, que nacen al amparo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Según recoge la agencia Efe, el ciberacoso o acoso tecnológico aumenta en España y, por ello, la asociación extremeña anima a fomentar el uso responsable de estas herramientas a los más pequeños.

El ciberacoso es un forma más distante y mediatizada de ejercitar la violencia entre iguales a través del uso irresponsable de correos electrónicos, páginas webs, chats, foros, blogs, plataformas de intercambio de archivos audiovisuales, según aclara Alternativa Joven de Extremadura, que, además, insiste que las herramientas tecnológicas disponibles ayudan a la propagación de determinados comportamientos de acoso entre iguales, ya que les permite el anonimato del agresor, convirtiendo este acoso escolar tecnologizado en algo más dañino que la agresión cara a cara.

Conforme a los estudios consultados por esta asociación juvenil, se puede calificar en dos modalidades este ciberacoso: entre iguales, aquel que actúa como reforzador de un acoso en el ámbito escolar ya emprendido, en cuyo caso la víctima acosada en red conoce a su (ciber) agresor, y el ciberacoso sin antecedentes.

Alternativa Joven señala que, aunque no existan datos válidos sobre la incidencia de este tipo de acoso entre iguales en Extremadura, si se podrían señalar algunos efectos entre estas víctimas de acoso escolar, como son problemas de adaptaciones escolar y social, autoestima altamente dañada, escasa autoconfianza, problemas de rendimiento escolar, etcétera.

Entre los consejos que se dan a los padres señalan el no negar o dar la espalda a esta realidad, una mayor formación, no tanto en las cuestiones tecnológicas, como en las orientaciones educativas para contribuir a favorecer una interacción saludable entre sus hijos e internet.

Asimismo, proponen a los padres y madres hablar con sus hijos sobre los valores y el comportamiento en sus relaciones con sus compañeros, informar a sus hijos de las consecuencias negativas, tanto para la víctima como para el agresor, de llevar a cabo prácticas de ciberacoso; escuchar y orientar a los hijos en sus problemas y preocupaciones y prevenirles de los aspectos negativos de las relaciones virtuales con desconocidos.