La cola llegaba desde el Quiosco de la Música hasta la Fuente Luminosa, pero padres, niños y abuelos aguantaron estoicamente su turno para ser recibidos por los Reyes Magos, pese a los diez grados de temperatura. La audiencia real organizada cada año por Caja de Extremadura volvió a congregar a miles de personas en el céntrico paseo cacereño de Cánovas, desde la sobremesa hasta la noche de ayer.

Los magos emprendieron su marcha en la calle Clavellinas acompañados de un divertido séquito de personajes cirquenses. El pasacalles llegó a las cinco de la tarde al Quiosco de la Música, donde numerosos ciudadanos hacían cola desde las cuatro. La Asociación Teatro Estable amenizó la espera con karaoke, títeres, espectáculos, payasos, magos, malabares, cuentos y zancudos. Los niños lo pasaron en grande. Sus padres también.

DE TODO UN POCO Ana llegó de Madrid para acompañar a sus nietos. "Dile lo que has pedido, José Angel". "Pues una granja, un camión y un Spiderman". Su prima Laura, de 4 años, también recordaba el repertorio de memoria: "Las Tres Mellizas y una cocinita". Andrés, de 10 años, estaba a punto de pedirle a Baltasar la Play-Station 2 . Irene, de 8 años, tenía delante a cientos de personas, pero estaba dispuesta a aguantar para conseguir su muñeca My Scene y el coche teledirigido de Barbie , nada menos.

Pedrera, José Miguel, Fran y José Luis, voluntarios de DYA, controlaron el acceso a los tronos, de pie, durante horas. "Entran familias y alguno que se cuela, pero la gente colabora y el tiempo es bueno", señalaron.

Una vez ante los reyes, no todos los niños se mostraban tan dispuestos. Muchos se sentaban en sus rodillas, pero otros se echaban a llorar sin más. Los magos les regalaron cajas metálicas llenas de caramelos de lila.