Cal y arena en el ámbito extremeño de la agricultura ecológica. El auge de la producción ecológica en Extremadura, que ya alcanza las 90.000 hectáreas y se acerca a las 3.300 cabezas de ganado, choca en la región con la ausencia de un mercado interno, el desconocimiento de lo que realmente es un producto ecológico y su bajo consumo. Juana Labrador, profesora de Fisiología Vegetal y Agroecología en la Universidad de Extremadura (Uex) explica que la región ha tenido "altibajos" en este sector, en el que la superficie cultivada aumentó con la llegada de "las denominadas ayudas agroambientales" y se redujo con la disminición de las mismas, hace aproximadamente dos años. Ahora, considera, está "ganando madurez", aunque "muy lentamente" y cada vez más productores están asumiendo el modelo, pese a las trabas que deben superar. Además, en los últimos años está aumentando la cifra de empresas elaboradoras ecológicas (de unas 40 a 73 en el 2011).

La Consejería de Agricultura está poniendo en marcha un plan de choque para impulsar la producción ecológica en la comunidad, según ha anunciado recientemente el director general de Agricultura y Ganadería, Jesús Barrios. El plan pasa por dos vías: la simplificación de trámites para inscribirse y renovar en el ámbito de la producción ecológica, modificando el actual decreto --una reivindicación del sector, que se queja de la excesiva burocracia que debe afrontar-- y el impulso de la comercialización de la producción final agrícola.

El exceso de burocracia y papeleo es una de las principales amenazas para el sector extremeño detectadas por Labrador, que el pasado noviembre organizó unas jornadas sobre empresa, agricultura y ganadería ecológicas en la Uex, en colaboración con el profesor de la Uex Aurelio Moreno. En las mismas, se destacó el potencial de un sector lastrado en general en España por la falta de demanda interna, que encuentra en Europa central, con Alemania a la cabeza, su principal mercado.

Otros problemas que debe afrontar el sector son la falta de información por parte de los consumidores. Este problema se agrava en época de crisis, cuando cae el consumo de productos que los usuarios perciben como caros y exclusivos. "Al sector le afectan los mismos problemas que al convencional, pero aumentados por sus peculiaridades", explica Labrador. Por ejemplo, en estos tiempos prevalece la importancia de la reducción de costes, "con la comida barata como excusa" que deriva en "la defensa a ultranza de la producción intensiva y transgénica".

Pese a ello, la profesora de la Uex insiste en destacar que en el sistema agroalimentario debe tener, "por su dependencia directa", una responsabilidad con el medio ambiente, lo que a su juicio debería reforzar un modelo, el ecológico, que a su juicio "ha demostrado ser capaz de unir sostenibilidad y desarrollo".

En cuanto a las fortalezas y oportunidades de la agricultura y ganadería ecológica en la región, destacan las condiciones favorables para la producción