La deuda histórica reflejaría no sólo el déficit de infraestructuras que sufre la región por la escasez de inversiones estatales durante décadas, sino el sobresfuerzo que ha habido que hacer desde la propia región durante el periodo de autonomía para dotar a Extremadura de ciertos servicios básicos que ya había en otros sitios.

Durante el último año de gobierno de Felipe González y el primero de Aznar se entregó a cuenta una cantidad de 30 millones, pero la deuda total está por cuantificar. En marzo pasado, Junta y Gobierno acordaron crear una comisión mixta para valorarla. Floriano ha señalado que, al menos, son 300 millones.