WEwl Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT) aprobado el pasado día 23 por el Gobierno encierra, en términos generales, buenas noticias para Extremadura en lo que se refiere a las autovías, por cuanto, además de las que se están construyendo y los planes ya conocidos sobre las de Trujillo-Cáceres, Badajoz-Granada y la conversión de la 430, desde Badajoz al Levante, contempla la de Zafra-Puerto de Huelva, con lo que en el año 2020 esta región contará con casi mil kilómetros de autovías nacionales y autonómicas. Es cierto que la transformación en autovía de la 430 no recoge las reivindicaciones de la Administración extremeña en lo que se refiere al trazado, el del norte en lugar del deseado que iba por el sur, pero al menos pone en el mapa esa actuación, que es lo más importante.

Es en el ferrocarril donde las expectativas extremeñas están más alejadas del PEIT, porque más que un AVE entre Madrid y Lisboa pasando por Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, lo que se contempla en él es un avecito . El pasado día 28, este periódico ya dio cuenta --´Un proyecto en vía muerta´, tituló la información-- de que el plan gubernamental rebajaba las expectativas en torno al AVE Madrid-Lisboa al contemplarlo como una línea mixta, adecuada para viajeros y mercancías, lo cual significa dos cosas: que los convoyes que circulen por esas vías tendrán que hacerlo a 100 kilómetros por hora menos que el AVE Madrid-Sevilla --es decir, a 200 como máximo--, y que, por resultar ya una redundancia, se suprime la proyectada línea de mercancías Sines-Badajoz-Ciudad Real.

Falta una detallada, y obligada, explicación por parte de la ministra de Fomento de este cambio. Y se espera que la haga en Mérida las próximas semanas, pero mucho poder de convicción va a tener que desplegar Magdalena Alvarez para que los extremeños no entiendan que esta nueva decisión sobre la línea de Alta Velocidad entre las dos capitales ibéricas no es un retroceso más en este proyecto. Y es que en el asunto del AVE extremeño llueve sobre mojado. Por un lado, está la palabra del presidente Rodríguez Zapatero , contundente e inequívoca cuantas veces se le ha preguntado, pero por el otro hay hechos que siembran la duda: la retirada de proyectos; la escasa dotación económica --apenas el 3%-- con que cuenta la línea en los próximos Presupuestos.

Tal vez haya razones para el cambio de criterio, pero mientras se explican a la opinión pública, Extremadura quiere, porque a Extremadura se le ha prometido, un AVE "como el de Sevilla". Así lo resumió ayer la Junta y así lo reclama la oposición, cada día más alertada de que los cambios ministeriales sobre este ferrocarril son munición con la que disparar contra Rodríguez Ibarra , por mucho que éste haya levantado la voz y coincida en que las características de la línea de Alta Velocidad tienen que ser las que pactaron los primeros ministros de España (Aznar ) y Portugal (Barroso ) en Figueira de Foz. Es decir, la de una AVE con mayúsculas; no la de un avecito .