Con datos cerrados al 9 de septiembre, se habían licitado en Extremadura obras por 473 millones de euros, lo que supone un incremento del 6,6% respecto al año anterior, según los datos recogidos por la Federación de Empresarios de la Construcción en Cáceres (Fecons). El dato también duplica la cifra global de inversiones en el 2017, aunque en ese caso, la cifra está distorsionada porque es anterior a la entrada en vigor de la nueva ley de contratos, que obliga a publicar casi el 100% de las licitaciones (e incluso muchos de los que no están sujetos a esa imposición se publican ya también en la plataforma de contratación), mientras que antes solo era necesario hacerlo con las de mayor cuantía. En todo caso, el grueso de las licitaciones en lo que va de año (más del 70%) continúan estando relacionadas con los contratos para la construcción de la alta velocidad en Extremadura, con lo que el resto de la licitación está «bajo mínimos», advierte el secretario general de Fecons, Joaquín Sánchez.

De cada cuatro euros invertidos en contratos de obra pública, tres han ido destinados a los trabajos del AVE en la región, según los datos de este año. La situación de incertidumbre, la falta de presupuesto y la parálisis general por la situación del gobierno en funciones, son las causas que señalan en Fecons al problema, y lamentan que aunque en algunas comunidades la situación va bastante mejor, «eso no se ha trasladado aún a Extremadura» y es la inversión privada la que está tirando ahora de la obra nueva «con un acceso a la financiación muy limitada por los requisitos que siguen poniendo las entidades bancarias a los promotores».

Por administración

Según los datos recopilados por el colectivo de enero a septiembre, de los 473 millones, 328 correspondieron a licitaciones del Gobierno central y de ellas 316 dependieron del Ministerio de Fomento. La Junta de Extremadura licitó por valor de 56 millones, las dos diputaciones lo hicieron por 24 millones y de los ayuntamientos se convocaron proyectos por 62 millones. En cuanto a la obra pública, desde el sector apuntan no solo a la parálisis en cuanto a la obra nueva, sino también en el mantenimiento y la conservación de las infraestructuras (tanto edificios como carreteras).