Está a punto, pero el caso es que no está. Y no estará (otra vez) en la última fecha que se había comprometido: diciembre del 2016. Ni el AVE, ni el tren de altas prestaciones que se prometió como mejora transitoria hasta que la alta velocidad real desembarque en la región. La ministra de Fomento, Ana Pastor, anunciaba en noviembre del 2015 el compromiso para que a finales de 2016 Extremadura tuviera "un tren del siglo XXI".

Sin embargo la semana pasada, la ministra ahora en funciones reconocía y confirmaba que el AVE extremeño está de nuevo en vía muerta y con ello las aspiraciones de la región a tener este año la red ferroviaria moderna comprometida en 2002. Y eso a pesar de que la mayoría de los tramos, entre ellos los que estructuralmente eran más complejos por los viaductos, están solo a falta de que se cubran con balasto y se coloquen las vías.

En junio del 2015 Adif adjudicaba a Ferrovial tres proyectos por 11,7 millones para completar las obras de la red de alta velocidad entre Cáceres, Mérida y Badajoz. Según figura en la página corporativa de la empresa, "las actuaciones a realizar consistirán en el montaje 80 kilómetros de vía de altas prestaciones, entre las localidades de Cáceres-Mérida y Mérida-Badajoz; así como la renovación de 7 kilómetros de vía, en las estaciones de las tres ciudades , con el fin de adecuarlas a las circulaciones de trenes de alta velocidad" añade que con esa actuación "se proporciona un nuevo impulso a la conexión de Extremadura con la red de alta velocidad española".

Paralizado

En todo caso, según confirma Adif, en la actualidad "hay una serie de obras --de la red de AVE de Extremadura-- adjudicadas el pasado año a la empresa Ferrovial Agromán para el tendido de vía y otras actuaciones complementarias, que no han concluido debido a que esta empresa, entre otras, ha solicitado esa modificación". Eso mismo es lo que señaló Pastor la semana pasada en su vista a la región.

La primera fase de puesta en marcha de la plataforma de alta velocidad entre Cáceres-Mérida y Badajoz está pendiente de que conlcuyan las obras adjudicadas el año pasado a Ferrovial Agromán (el tendido de vía y actuaciones complementarias) y por las que reclama ahora una modificación del contrato con Adif al considerar imposible llevar a cabo los trabajos por el importe que propuso, un 45% por debajo de lo que contemplaba la oferta de licitación.

"Si la obra está parada porque las empresas quieren más dinero, pues habrá que hablar con las empresas y si no se merecen ese dinero de más, habrá que rescindir el contrato y adjudi-cárselo a otro, pero lo que no puede el Gobierno es cruzarse de brazos y sentarse a esperar que venga el santo advenimiento", respondía a Pastor el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara en Canal Extremadura.

En la misma línea, el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, se mostraba "preocupado, y muy seriamente" por la paralización que asumía la titular de Fomento del Gobierno Central, y criticaba los criterios de la adjudicación del proyecto ahora parado. "Cuando una obra se adjudica con una baja del 50%, o está mal hecho el proyecto o está mal hecha la oferta", decía. A pesar de eso se siguen autorizando licitaciones, la última el jueves para el ramal que dejará la plataforma del AVE junto a Cáceres.

20 de diciembre del 2002. El proyecto de alta velocidad extremeña arranca en el Consejo de Ministros que aprobó encargar el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias la construcción del tramo de AVE entre Navalmoral y Cáceres. En 2006 encargaba la redacción de los proyectos de los tramos Cáceres-Mérida-Badajoz y se daban los primeros pasos de un AVE a día de hoy sin fecha.

La primera que se barajó para que los primeros trenes de alta velocidad atravesaran la región era el año 2010, aunque tres años antes de esa fecha el Ministerio de Fomento comenzó a barajar otra nueva fecha límite con 24 meses de diferencia: finales del 2012. Antes de esa fecha, en todo caso, una decisión política de Portugal complicaba le futuro de la línea, desde el momento que el gobierno de Pedro Passos Coelho accedía al poder y aparcaba la alta velocidad para priorizar el tren de mercancías. La consecuencia inmediata es que lapidaba el AVE entre Madrid y Lisboa.

El Gobierno de España garantizó mantener el plan de alta velocidad extremeño y fijó una nueva fecha, en 2015, para que los primeros AVE pararan en la región. De hecho en los últimos cuatro años la línea ha contado con un importante impulso mediante una inversión de casi 800 millones de euros, principalmente para las obras de ingeniería.

Paso atrás

En el 2014 se iniciaban las licitaciones de los últimos trabajos de tramos entre Cáceres y Badajoz, aunque ya no estaba el AVE en el horizonte inmediato, sino un tren de altas prestaciones. El Ministerio de Fomento había rebajado en 2013 las pretensiones iniciales con la justificación de que no era posible llevarlo a cabo por cuestiones presupuestarias. "No se pueden hacer obras faraónicas, pero sí las infraestructuras necesarias para un tren del siglo XXI", afirmaba Ana Pastor en una visita a la ejecución de las obras de los viaductos del Tajo y el Almonte. El compromiso entonces era que en 2015 los extremeños contaran con un ferrocarril de altas prestaciones que comunicara Madrid y Badajoz en 3 horas y 35 minutos y redujera los tiempos de viaje (con paradas en Talavera de la Reina y Cáceres) en una hora y 35 minutos. El AVE se situaba ya en el horizonte del 2020.

A finales del 2015, según Adif, de los 136 kilómetros de plataforma de AVE licitados, 91 estaban a falta de colocar vías y Balasto. Tras concluir esta actuación, solo quedaría completar la señalización (adjudicado también desde septiembre de 2015 por 164 millones para todo el trazado entre Plasencia y Badajoz) para que pueda pasar el primer tren del siglo XXI y después electrificar la vía para que lo haga el primer AVE. La perspectiva se situaba a finales de 2016. Pero ya no.