Tras la decepción por la suspensión el Lunes Santo de la procesión de la Oración en el Huerto y María Santísima de los Dolores a causa de la lluvia, la climatología dio ayer un respiro y los pacenses pudieron cumplir con la devoción y acompañar a las imágenes en los dos desfiles procesionales que se celebraron anoche a ambos lados del Guadiana.

Los pasos de Jesús de la Espina y la Virgen de la Amargura salieron poco después de las nueve de la noche del convento de Las Descalzas. Se trata de una de las procesiones más solemnes de la ciudad, con más de 300 nazarenos y con el silencio como protagonista (no la acompaña ninguna banda de música). Solo la Agrupación Voces Corales rompe ese clima en uno de los momentos más emotivos del recorrido, cuando canta ante las imágenes en la plaza de la Soledad.

Este año los pasos no incorporan novedades. La hermana mayor, María Jesús Mediero, explicó que están "ahorrando" y así poder restaurar la canastilla del Cristo para la próxima Semana Santa. "Es un gasto muy importante y necesitaríamos una ayuda".

A la misma hora que comenzaba la procesión en Las Descalzas, en la margen derecha empezaba el desfile procesional del Cristo de la Angustia y María Santísima de la Misericordia, con el paso por el puente de Palmas como uno de los momentos más vistosos del recorrido y las cornetas y tambores de la agrupación Santísimo Cristo Rey de San Roque.

Este año, la cofradía ha introducido algunos cambios en el itinerario por la coincidencia con la procesión de Las Descalzas, por lo que la Proclamación de las Siete Palabras fue por primera vez frente a la ermita de la Soledad y no en Puerta Palmas como hasta ahora.

Los pasos cruzaron el río acompañados por apenas medio centenar de nazarenos, pero por mucho público. La hermandad iniciará tras la Semana Santa una campaña para que al año que viene haya más nazarenos, según su hermano mayor, José Miguel Rico.