El pasado curso se constataron en Extremadura 35 casos de acoso escolar, tres menos que en el 2017-2018 y hubo un aumento de las conductas contrarias a la convivencia en los centros escolares, que pasaron de las 71.082 a las 73.130 del ejercicio pasado. Son los datos ofrecidos ayer en el Pleno del Observatorio Escolar, que reflejan además que en total se denunciaron 123 casos frente a los 188 del curso 2017-18.

Respecto a los 35 casos de acoso escolar suponen una incidencia del 0,025% en la aulas de la región, aunque la consejera de Educación, Esther Gutiérrez, indicó que el objetivo es alcanzar «acoso cero». De los 35 casos, nueve fueron ciberacoso (dos menos que en 2017-2018). De los 26 casos restantes, 18 se produjeron en Secundaria; 13 en Primaria y 4 en Bachillerato y FP. En cuanto al tipo, el más común es el verbal, seguido de vejaciones, acoso físico indirecto, marginación, ciberacoso y sexual, y en función de la víctima afecta más a chicos que a chicas. En lo que respecta a los acosadores, suelen ser chicos (65,7%) seguido del acoso grupal (28,5%).

Mientras bajan los casos de acoso, sí se ha producido un incremento en 2.048 casos en conductas contrarias a las normas de convivencia, en las que se han visto implicados 34.051 estudiantes, 1.260 más que en el curso 2017-2018, sobre todo en la etapa de Secundaria, Bachillerato y FP, mientras que ha disminuido en Primaria. Dentro de estas conductas, 8.930 fueron consideradas «gravemente perjudiciales» para la convivencia, 2.450 más y en las que se vieron implicados 6.120 estudiantes, un 27,4% más. Las conductas perjudiciales más habituales han sido la reiteración, vejaciones, injurias u ofensas, impedir el normal desarrollo de las clases y la agresión física, en el 13,4% de los casos. Gutiérrez considera que se necesita del «trabajo conjunto» contra estas conductas «incívicas, pero no graves».