Quizás sea sintomático de que los efectos colaterales de la crisis, como el temor a perder el empleo, empiezan a disiparse ya, la consecuencia de un agravamiento de la salud de los trabajadores en activo o bien un problema de control en los servicios de salud, pero la duración de las bajas laborales en la región apunta en el 2016 a la mayor de la última década según los últimos datos disponibles en el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, correspondientes al mes de octubre. El absentismo de los trabajadores como consecuencia de una enfermedad común duró 64,5 días de media el año pasado, lo que supone casi 20 días por encima del dato más bajo de la última década -los 45 días que se registraron en el año 2007- y cuatro días más que la duración media que tuvieron las bajas doce meses antes. Es el dato más abultado si se compara con los de la última década y también respecto al resto de comunidades autónomas a lo largo del 2016. Le siguen Galicia, con 61 días, y Asturias con 52.

Y no solo ha crecido en el último año la duración de este tipo de procesos, sino que también se han iniciado más procesos durante los primeros diez meses del año, lo que permitirá superar los datos del años anterior al cierre de 2015. Es la tendencia que ya arrancó hace tres años, tras el bajón que se inició en 2007 y que tocó fondo seis años después (2013) cuando las bajas laborales llegaron a caer un 50% respecto a la etapa previa a la crisis.

Ahora el absentismo laboral crece de nuevo, y lo hace a un ritmo que supuso que en el último año los médicos firmaran 121 bajas laborales cada día en Extremadura, de ellas 81 en la provincia de Badajoz y 40, la mitad, en la de Cáceres. Sin embargo, fue también en Cáceres donde más duraron los procesos iniciados y por término medio superaron en cuatro días a las bajas de los asalariados pacenses (67,6 días en Cáceres frente a los 63 de Badajoz). En total, en los primeros diez meses del año 36.440 extremeños estuvieron de baja y por término medio se iniciaron cada mes 3.644 procesos entre enero y octubre, de los que dos tercios (2.423 bajas) correspondieron a trabajadores pacenses y el resto a asalariados de la provincia de Cáceres (1.221).

A pesar del incremento, en todo caso, los extremeños están entre los que menos faltan al trabajo, con una tasa de prevalencia de las bajas de 28 por cada mil trabajadores, solo por encima de Andalucía (27), Comunidad Valenciana (27) y La Rioja (25).

medidas de control/ Para Comisiones Obreras, tras el incremento de la duración de las bajas laborales está «un profundo agujero de la sanidad», que causa además «un enorme sobrecoste» a la Consejería de Sanidad, según la responsable de Salud Laboral del sindicato, Concepción Gómez. A su juicio, el incremento en cuanto al número de procesos (unos 150 más de media al mes) puede ser una consecuencia del incremento de la población activa en la región en el último año. Sin embargo, en cuanto a la duración de las bajas considera que la sanidad «tiene un coladero» por las enfermedades profesionales que en realidad se están tratando como enfermedad común, con el sobrecoste que eso supone para el presupuesto, «que son unos 800 millones», advierte. De hecho CCOO ha presentado a todos los partidos propuestas para que introduzcan en sus enmiendas a los presupuestos regionales esta cuestión. Lo que plantea es que desde la Consejería de Sanidad se active un plan de trabajo «para hacer frente a este fraude» y propone además para ello que tanto el médico como la enfermera conozcan «a qué se dedica el paciente» con el fin de poder tener más datos para hacer frente a este problema.