El anuncio hace más de una semana del despido de la plantilla de la Siderúrgica Balboa ha desatado una tormenta en los principales despachos de la región, convirtiéndose en el primer asunto político y económico. La oficina del presidente extremeño no paró de recibir visitas a lo largo de la pasada semana. Tras conocerse la noticia, José Antonio Monago afirmó que ya llevaba días trabajando para mediar en el conflicto laboral que puede llevar a la quiebra a la comarca más industrializada de Extremadura. Antes y después de hacerse público, el presidente lleva con cautela esos trabajos. El lunes mantuvo un encuentro en Presidencia con los principales líderes sindicales de la región (Julián Carretero de CCOO, Francisco Capilla de UGT y Benito Román de CSIF) y el pasado miércoles se reunía con el propio Alfonso Gallardo.

El objetivo del presidente es evitar los despidos y mantener la actividad en la industria, y lo ha conseguido al menos por una semana más. Tras ese encuentro, el empresario jerezano anunciaba que el ERE que se iba a formalizar el pasado viernes, se pondrá sobre la mesa finalmente el próximo viernes, 4 de octubre. Una semana de margen en la que surgirán nuevos contactos, pero en la que parece que no hay mucho margen para la esperanza. El propio Monago anunció el jueves, en el pleno de la Asamblea, la intención del Gobierno regional de dotar de alternativas económicas a la comarca Sierra Suroeste, tras la demanda de la alcaldesa de Jerez, Margarita Pérez.

Se pretende dinamizar la zona, recualificando a los trabajadores e impulsando con incentivos la actividad empresarial de carácter industrial. "En ese sentido van nuestras demandas. Este asunto se escapa de la política local, debe ser el Gobierno regional el que se siente a negociar opciones para que un expediente de este tipo sea lo menos lesivo posible o medidas para refinanciar la deuda y seguir manteniendo los empleos. Lo que está claro es que si el ERE se lleva a cabo Jerez se hunde, porque antes prácticamente no había paro", señala Pérez, que ya se ha reunido con el empresario Alfonso Gallardo y espera hacerlo pronto con José Antonio Monago.

La alcaldesa reclama al presidente que recurra al Gobierno central si es necesario, pero que no deje morir la principal industria extremeña. "A los políticos los necesitamos para evitar el ERE, no para que vengan a negociar las indemnizaciones", insiste el comité. Su presidente, Juan Méndez, asegura que la intervención política es vital de cara a refinanciar la deuda del grupo, que asfixia a tantos trabajadores en la zona.

Por su parte, el resto de grupos políticos, han exigido la intervención de la Junta en este asunto. El PSOE recuerda que el Gobierno central se ha hecho cargo de astilleros gaditanos o la minería asturiana para evitar el hundimiento de estas empresas y debería hacer lo mismo en el caso de la industria extremeña. El secretario provincial socialista de Badajoz, Rafael Lemus, asegura que la siderúrgica no es una empresa más en crisis, ya que su quiebra supondría un impacto muy grande en el PIB, la producción industrial y las exportaciones extremeñas --el 70% de la producción de Siderúrgica Balboa se exporta fuera del país--.

El líder de IU, Pedro Escobar, reclama a Monago que exprima al máximo su capacidad de intervención y cuestiona que el plan de dinamización anunciado para la comarca jerezana no suponga ya aceptar los 500 despidos. Desde Prex-Crex, Damián Beneyto considera que debe ser Monago y el PP quienes se mojen en este asunto y pongan las soluciones necesarias sobre la mesa.