Para qué perder el tiempo en clase si se podía ser el más admirado del instituto con una buena moto en la puerta? En tiempos de bonanza, cuando era fácil encontrar hueco en el andamio y ganar dinero pronto, algunos jóvenes cambiaron el material escolar por el mono de la obra. Pero ahora el mercado laboral los ha expulsado y se encuentran en tierra de nadie, ni estudiantes ni trabajadores, esos ni-ni de triste moda, en un camino que solo lleva a la exclusión social. Es al menos la lectura que ha hecho la Junta de Extremadura sobre los 7.400 menores de 25 años que están apuntados en la lista del Sexpe y no tienen el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). "Sin eso, las empresas no los van ni a entrevistar", asegura Sergio Velázquez, secretario general de Empleo, Actividad Empresarial e Innovación Tecnológica. ¿Pero merecen mil euros por conseguirlo?

El Gobierno extremeño presentó la semana pasada un programa destinado a formar a 3.900 jóvenes de entre 18 y 25 años para que obtengan el título de ESO --hay más de 29.000 extremeños que no lo tienen, el 31,4%, según datos del 2010--. Si lo consiguen, superado un plan formativo dividido en dos niveles, de 35 semanas cada uno (con una prueba para acceder directamente al segundo), recibirán mil euros. "Es una beca incentivo para motivar a quienes salieron del sistema, por las razones que fueran, y ahora, si no solventamos su déficit formativo, están en riesgo de exclusión", asegura Velázquez. "Es una monagada , folclore público que solo quiere propaganda", clamó el secretario regional de CCOO, Julián Carretero, al poco de conocerse la medida.

Desde este sindicato, el responsable de enseñanza, Francisco Jiménez, matiza que "a nivel pedagógico, ya existen mecanismos para que quienes abandonaron la educación secundaria puedan reengancharse (centros de adultos, sobre todo); esto se salta un mes y medio de curso con una regulación poco clara". Velázquez responde que ha sido la Consejería de Educación la encargada de diseñar el programa para adecuarlo a los contenidos exigidos para ese nivel educativo. Para ello, el jueves convocó un acto público para seleccionar a los 189 interinos que imparten las clases desde hoy.

La precipitación es una de las cuestiones más criticadas por los sindicatos. "No se ha contado con nosotros; nos convocaron para informarnos del proceso selectivo, pero no sabemos nada del curso", señala Miguel Salazar, de la Federación de Enseñanza de UGT. Tanto él como Jiménez se muestran sorprendidos además de que en esta época de continuos recortes, aparezcan casi cuatro millones para este programa. "Quitan profesores por un lado y ahora de repente los contratan por otro, ¿por qué no aprovechan mejor los recursos existentes", se pregunta Salazar. "Son fondos del Servicio Extremeño de Empleo, para un programa, al igual que organizamos y financiamos muchos otros. Creemos que es la manera de incentivar que jóvenes que ahora mismo están no solo fuera del mercado laboral, sino sin posibilidades de volver, puedan reinsertarse", zanja Velázquez. Y parafrasea a la vicepresidenta, Cristina Teniente, que ante las críticas aseguró: "No vamos a dejar tirados a jóvenes que no estudiaron por la construcción".

HABLA EL SOCIOLOGO Más allá de cómo se lleve a cabo la medida --cuánto dinero, cuánto tiempo,...--, Fernando González Pozuelo, catedrático de Sociología de la Facultad de Educación de Badajoz, confirma los beneficios de motivar a los estudiantes, especialmente los más desfavorecidos. "Las clases bajas solo piensan en el día, no ven el beneficio a largo plazo, por eso es difícil que un alumno de este estrato social vea beneficios en estudiar", indica. González cita la experiencia de las universidades populares en Badajoz: "Hace años se demostró cómo resultaba muy útil para que personas de etnia gitana se interesaran por aprender a leer y escribir porque les servía para sacarse el carnet de conducir".

En la misma línea se pronuncia Manuel Pascual, presidente de Enseñanza de CSIF, sindicato mayoritario entre los docentes extremeños: "Todas las políticas educativas, no solo de Extremadura, van dirigidas a paliar el déficit de formación básica. Nos estamos quedando en el detalle de los mil euros. ¿Qué diferencia hay con otras becas o cursos subvencionados?". Para UGT, CCOO o la Asociación de Directores de Centros de Secundaria es un agravio comparativo para quienes sacaron el título sin premio económico. "La mayoría de los profesores están en contra de que se pague por un título obligatorio, es una aberración. Incentivar la enseñanza con dinero no es un valor a enseñar", dice Nieves García, presidenta de este último colectivo, cuestionando además la validez académica del título, como también hizo el PSOE. Otra cuestión polémica es que la recompensa será solo para los aprobados, por lo que, los sindicatos no dudan que se producirán situaciones de presión a los profesores, que por el momento, serán los encargados de evaluar a sus alumnos.