El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta , ha conseguido lo que parecía imposible. Ha logrado unir a todos los partidos extremeños en algo: en rechazar su "aviso" al ejecutivo regional de que recurriría el pago de los 44 días devengados de la extra de 2012. Tanto el presidente Monago como el líder de la oposición han coincidido en señalar que Beteta "no se ha enterado" de la medida anunciada por la Junta, y analizando lo ocurrido no les falta razón. Resulta que el decreto del gobierno de Rajoy que "suspendía" la extra de Navidad de 2012 de los empleados públicos se aprobó el 14 de julio, y dado que esta paga empieza a devengarse el 1 de junio, los trabajadores tienen derecho a percibir esos 44 días de diferencia. Y como quiera que todo el que recurre a los tribunales gana, como ha ocurrido en muchos Ayuntamientos, el gobierno de Monago hace de la necesidad virtud y anuncia que pagará sin esperar la sentencia de ningún juzgado: antes de que me den el palo, me anoto el tanto.

Así están las cosas cuando el secretario de Estado entra en el debate, sin analizar a fondo el asunto, y anuncia que recurrirá cualquier pago de la extra suspendida. Lo que viene a proponer el ex consejero de Aguirre es que se espere al Tribunal Constitucional, y se haga caso omiso al resto de sentencias, lo que puede provocar que la administración la tenga que acabar pagando con intereses, y encima asumir las costas de los procesos judiciales... ¡genial! El caso es que todos los partidos han hecho piña con Monago y han criticado las palabras de Beteta, que por cierto, llegaban sin que nadie le preguntase, mediante una información enviada a los medios, y a raíz del anuncio extremeño. Castilla y León lo anunció hace ya días, incluso con la forma de pago, y el Ministerio ni se inmutó. Tampoco dijo nada cuando otras administraciones lo anunciaron y la pagaron, previa sentencia judicial, y en Extremadura la lista no es corta: la Diputación de Badajoz y los Ayuntamientos de Badajoz, Castuera, Don Benito, Guareña, La Albuera, Herrera del Duque, Olivenza, Quintana de la Serena, San Vicente de Alcántara, Villafranca de los Barros y Villanueva de la Serena.

HA SIDO CON la intervención de Monago con la que Hacienda ha movido ficha, imaginamos que para evitar el efecto contagio, lo que por cierto, al presidente extremeño le viene de perlas: de un golpe se visualiza quién quiere pagar la extra, aunque sea ante la amenaza del juzgado, y quién quiere prohibirlo a toda costa. Como si hubiese dos Partidos Populares, el de Rajoy que quita y el de Monago que da. Una más en la estrategia de Mérida de distanciarse lo más posible de las medidas más impopulares de Madrid, como ya ocurrió con el adelanto de las extras, las becas Erasmus o el IVA cultural, entre otros.

Los demás partidos, mientras, intentan aportar su granito. Los regionalistas interpretan el aviso de Beteta como un nuevo intento de "fastidiar", por no usar otra palabra, mientras Izquierda Unida insta a Monago a que siga adelante y devuelva la paga, pero entera. Y el PSOE da un paso más y propone que se pague esa parte de la extra en todas las administraciones, para evitar discriminación entre funcionarios, aunque visto lo de Beteta...

La amenaza del secretario de Estado llegaba en pleno debate de los Presupuestos de 2014, en el que ha habido más consenso que nunca, y también más respaldo. El PP consigue sacar por primera vez sus cuentas con mayoría absoluta, gracias al apoyo ya anunciado de los regionalistas, tras un pleno plagado de acuerdos. Se ha aprobado el triple de enmiendas que el año pasado, 76 frente a 26, aunque el debate, a decir verdad, fue bastante descafeinado. Lo que más proliferaron fueron los reproches entre populares y socialistas, dado que Izquierda Unida utilizó el "pasapalabra" ante las enmiendas que no llevasen su firma, y que los regionalistas copiaron la estrategia en la última parte de la sesión. Así que el parlamento recuperó durante varias horas el toma y daca de la anterior legislatura, cuando sólo PSOE y PP tenían voz en la cámara, aunque ahora con los papeles cambiados. Se pudo oír lo ya conocido, el debate en blanco y negro de que los presupuestos o son de 10 o son de 0, o generarán empleo o lo destruirán, o nos sacarán del hoyo o nos meterán más en él. El caso es que el jueves no se recordará ni como el día "histórico" del PP ni como el "triste" del PSOE. Si acaso, como el día en el que todos los partidos extremeños le dijeron a Beteta que ya vale. Aunque con Mas de por medio ni eso.