Con la transformación de este tipo de recursos se puede obtener biomasa, un combustible que se obtiene de recursos biológicos como la madera, residuos agrícolas y estiércol, y biocarburante, un carburante de origen vegetal del que existen dos tipos: el bioetanol y el éster de aceite vegetal.

Los cardos y la paja de cereal forman buen equipo. Una planta de tipo medio puede consumir 105.000 toneladas anuales de cardos y paja de cereal para quemarlas y generar 91,2 GW de electricidad anual, es decir, el consumo energético de más de 30.000 personas.

La siembra destinada a generar energía debe realizarse antes o después de las heladas y necesita dos años hasta obtener el porte ideal. Entonces puede alcanzar hasta tres metros de envergadura y unas profundas raíces de siete metros, capaces de buscar nutrientes en el subsuelo y renovar sin replantación la producción de forraje durante siete años consecutivos tras ser cortada anualmente.