Las empresas productoras de cava extremeño creen que la polémica suscitada por la venta de cava catalán embotellado en Extremadura les puede perjudicar en el mercado nacional, donde empezaron a ser conocidos tras el impulso que supuso el boicot al cava catalán de hace dos años.

Así lo manifestó a EFE el gerente de las bodegas Inviosa-Lar de Barros, David Díaz, que cree que esta práctica, que llevan a cabo dos o tres empresas en la región, puede provocar que "nos carguemos por la vía rápida y más sencilla" la buena imagen lograda por el cava extremeño.

El portavoz de la empresa que produce el cava Bonhaval y Lar de Plata teme que todo este asunto afecte al incremento de las ventas que están experimentando y que ha hecho que en 2006 se multipliquen por cuatro con respecto al año pasado como consecuencia del boicot al cava catalán, una situación que "no ha querido nadie", pero que "nos ha favorecido", afirma.

Por su parte el responsable de las bodegas Vía de la Plata, Aniceto Mesías cree que el embotellado de cava catalán bajo una etiqueta extremeña es una forma más de obtener rentabilidad en un negocio que atraviesa duros momentos y explica que "es una solución a las dificultades en la calle". Sin embargo, apela a la racionalidad de los consumidores y a su capacidad para discernir la calidad, algo similar a lo que también pide Díaz, que cree que merecen "un respeto" y apela a la responsabilidad de las cadenas de alimentación.

Mesías, confirmó su decisión de apostar por el cava artesanal que les ha dado la fama. Este año no han podido atender casi la mitad de las peticiones de compra que han tenido, puesto que su producción artesanal les ha impedido poner en el mercado más de las 100.000 botellas.