La base militar de Bótoa, en Badajoz, contaría en la actualidad con poco más de un millar de soldados para poder llevar a cabo tareas de control fronterizo. Una medida de la que el acuartelamiento extremeño aún no ha tenido comunicación oficial por parte del Ministerio de Defensa.

Tal y como pactaron Partido Popular y PSOE tras las elecciones del pasado 14-M, las Fuerzas Armadas serán las encargadas de proteger aquellas instalaciones consideradas sensibles frente al posible riesgo de ataques terroristas. En ese sentido, el objetivo es prestar especial atención a las fronteras, los puertos, aguas territoriales y espacio aéreo. Esta decisión fue tomada por la Comisión Delegada para Situaciones de Crisis tras la masacre de Madrid.

En Extremadura, estas medidas de seguridad y prevención deberían aplicarse a lo largo de toda la zona fronteriza con Portugal. Sin embargo, la participación de las tropas del Ejército pueden ejercer un papel determinante en la vigilancia de algunas instalaciones consideradas estratégicas, caso de las centrales nucleares, por lo que sus tareas asignadas en la comunidad se verían ampliadas.

MEDIA PLANTILLA Fuentes del acuartelamiento de Bótoa han señalado que Defensa conoce la situación particular en la que se encuentra la base pacense, con más de 1.300 soldados desplegados en Kosovo e Irak. En estos momentos, este cuartel cuenta con la mitad de la plantilla en misiones internacionales "aunque en la base hay compañías que están al 100% para poder asumir este tipo de actuaciones", han señalado.

España además tiene previsto redoblar los controles en la frontera con motivo de la boda del Príncipe Felipe. Una de las novedades más significativas incorporadas por el Ministerio del Interior al plan de seguridad es que desde el 15 al 23 de mayo quedará suspendida la libre circulación de ciudadanos entre los 15 países europeos que firmaron el Acuerdo de Schegen.