Extremadura cuenta por primera vez con superficie de cultivos para la generación de biocarburantes, una experiencia con un total de 337 hectáreas en esta campaña 2006-2007, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). De esta forma la región se suma, al igual que Cataluña, Madrid, La Rioja y Valencia, a la lista de comunidades autónomas que invierten en este tipo de explotaciones.

En el último año España ha logrado que la superficie dedicada a cultivos energéticos alcance las 223.467 hectáreas, lo que supone un incremento del 772%, es decir, ocho veces más que en la anterior campaña. El técnico en cultivos energéticos de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Javier Alejandre, señaló a EFE que este incremento "espectacular no es un mérito del sector del carburante, sino un demérito del alimentario". No obstante, avanzó que en la próxima campaña descenderá la superficie cultivada, ya que el mercado con destino a alimentación animal y humana tiene mejores precios que otros años.

Castilla-La Mancha es la región con mayor superficie dedicada a cultivos energéticos, con 127.145 hectáreas, seguida de Castilla y León (86.000) y la comunidad de Aragón (7.500).

Por otra parte, la Comisión Europea propuso ayer subvencionar hasta el 50% los costes que genere a los agricultores el cambio desde el cultivo tradicional a los cultivos energéticos multianuales, donde se incluyen los cultivos de rotación y elefante (los de crecimiento más rápido), que pueden ser utilizados para producir grandes cantidades de energía.

Extremadura cuenta con sendos proyectos para abrir dos plantas de producción de biodiésel en el 2007: una en Valdetorres, de Bioenergética Extremeña 2010, y otra en Los Santos de Maimona, de Greenfuel. Su producción conjunta rondará las 300.000 toneladas anuales y usarán el aceite de girasol, colza y soja como materia prima. En un principio las semillas se comprarán fuera de la región, aunque el objetivo es incorporar a agricultores extremeños que abandonen sus cultivos tradicionales como consecuencia de la Política Agraria Comunitaria.