Los jueces están destapando un día sí y otro también tramas protagonizadas por buitres con chaqueta y corbata, pero Extremadura es el verdadero nido de buitres del país, aunque estos no se mueven en los despachos sino que lo ven todo desde el aire. Y es que la comunidad autónoma, con 880 parejas de buitre negro, alberga el 50% de la población ibérica y el 20% de la mundial, una especie que sigue creciendo gracias a un plan de conservación puesto en marcha por la Junta.

El buitre negro está catalogado como "sensible a la alteración de sus hábitats", según el Gobierno extremeño, por lo que en la región se inició, en el año 2005, un programa de protección cuyos primeros resultados reflejan que el crecimiento de la población en la región es constante, no solo en el número de parejas sino también en los totales poblacionales. La tendencia, por tanto, es "positiva y triplica prácticamente" el primer censo realizado con una cobertura adecuada, hasta alcanzar las 880 parejas reproductoras actuales.

Los datos son el resultado de un plan de conservación puesto en marcha por el Ejecutivo regional, a través del Servicio de Conservación de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, que está siendo un "instrumento eficaz" en la planificación de las actuaciones relacionadas con la protección de la especie.

Más en Cáceres

La mayoría de núcleos de cría se encuentran en la provincia de Cáceres, con casi el 90% de las parejas censadas, y en donde se ha detectado un mínimo de 1.199 plataformas de nidificación de buitre negro.

Si bien, la evolución de parejas reproductoras ha variado entre las once colonias de cría existentes en Extremadura, aunque siempre con una tendencia al alza. El repunte más significativo se produce en Sierra de San Pedro y Monfragüe, dos de las colonias de cría más importantes de la península ibérica.

El director del programa de conservación, Angel Sánchez, valora estos datos y destaca la importante responsabilidad de Extremadura en la conservación de las aves necrófagas.

"Extremadura tiene una responsabilidad diría que mundial en la conservación del buitre negro por ese 20% de población mundial", explica. Por ello, la Junta puso en marcha un programa "que nos marca los ejes a seguir en la política de conservación, y que cumplimos a rajatabla con actuaciones de coordinación entre distintas administraciones y distintos departamentos, y que ha logrado no solo mantener con éxito la población del buitre negro en la región sino aumentarla a pesar de las dificultades alimenticias".

Comederos

En este sentido, destaca también la situación de las aves carroñeras en Europa, "seriamente comprometida" desde la aparición de lo primeros casos de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) y la normativa comunitaria que ha exigido durante estos años retirar los cadáveres de ganado muerto del campo, eliminando de este modo la principal fuente de alimentación de estas aves necrófagas.

Para paliar esta situación, la comunidad extremeña creó hace unos años una red de comederos constituida por once muladares, ocho en Cáceres y tres en Badajoz, destinados a la alimentación de las aves necrófagas, fundamentalmente buitre, en sus zonas de nidificación. Con estos lugares no solo se asegura la alimentación de este grupo de aves, sino que además se reduce enormemente el riesgo por envenenamiento, por electrocución y colisión con tendidos eléctricos.

Tras los primeros ajustes, la red de muladares, estratégicamente situados en las colonias de reproducción, ha permitido que la población no solo no se resienta sino que incluso aumente. El funcionamiento de uno de los muladares se puede observar visitando la web: http://www.extremambiente.es.

Otro aspecto destacado es que el buitre negro ha sido objeto de un seguimiento específico en la ZEPA Sierra de San Pedro, que determinó no solo un mejor conocimiento de la especie, sino que evitó en muchos casos las molestias derivadas de la gestión de fincas ganaderas y cinegéticas de la zona.

Además, desde el Servicio de Conservación de la Naturaleza y Areas Protegidas se han llevado a cabo acuerdos de gestión con fincas particulares para hacer una planificación de las actividades cinegéticas, fundamentalmente monterías, que cuando tienen lugar al final de la temporada de caza provocan abandono de nidos y pérdidas de puestas.

Ecosistema

No hay que olvidar, apunta Sánchez, que "la alta biodiversidad de Extremadura, es indicativo de la salud de sus ecosistemas que se mide con determinados bioindicadores". Uno de los más llamativos, precisa, "es el estado de conservación de las especies que ocupan los puestos más altos en la cadena trófica o de las especies encargadas de la limpieza del ecosistema". En este esquema, los buitres indican si se utiliza veneno en el control de predadores, si hay suficiente comida o no, si hay tendidos eléctricos peligrosos o no, etcétera.

A diferencia de la tendencia de la mayoría de Europa que ha perdido parte de su población de necrófagas, en el caso del buitre negro, con sus casi tres metros de envergadura alar, es "uno de los dueños del cielo extremeño y la especie más emblemática de Extremadura".

El buitre negro, añade este especialista en la materia, se puede observar durante todo el año y en Monfragüe, que es un escaparate único en el mundo para la observación de aves, se ve el paso frecuente de este animal. "No existe otro lugar de avistamiento comparable a Monfragüe", insiste. Y es que Monfragüe, con 312 parejas reproductoras, alberga la mayor colonia mundial, junto con Sierra de San Pedro, con 324 parejas reproductoras localizadas. Le siguen en número Gata (48 parejas), Tajo Internacional-Salor (63), Hurdes (33), Ibores (52) y Granadilla (18 parejas que están localizadas).