Tenemos claro que Ainhoa va a volver y haremos lo que haga falta para ello". Con estas palabras José Miguel Suárez, secretario de la Asociación Extremeña de Amigos del Pueblo Saharaui, alienta a sus compañeros ante la preocupación que les asola desde el domingo tras el secuestro, en los campamentos de Tinduf, de la cooperante madrileña que controla los proyectos de la asociación en Argelia.

Sigue sin haber noticias sobre el paradero de la joven Ainhoa Fernández, de 32 años, y de los otros dos activistas raptados, Enric Gonyalons y Rosella Urru, y la tensión va en aumento cada hora que pasa. Se desconoce dónde están los cooperantes, su situación personal y hasta el momento ninguna organización ha reclamado la autoría de los hechos, aunque la sospecha se ciernen sobre Al Qaeda. "No saber con quién estamos tratando crea todavía más incertidumbre con el paso de las horas".

Desde sus sedes en Extremadura, la organización Amigos del Pueblo Saharaui está en permanente contacto con las autoridades españolas y saharauis, con otros compañeros cooperantes en Tinduf, "pegados al teléfono, a internet y a los medios de comunicación" y hablando con la familia de Ainhoa mientras espera que el Frente Polisario localice a los secuestradores. Tras un día de persecución los agentes saharauis han confirmado que los captores atravesaron ayer la frontera que une Mauritania con Malí, donde se asienta un campamento terrorista de AlQaeda en el Magreb Islámico controlado por dos jefes importante. "Pero la situación no cambia de un territorio a otro, el peligro es el mismo", sostiene Suárez.

Sin embargo, el delegado del Frente Polisario en Extremadura, Badadi Benamar, aseguró ayer que los secuestradores están en "un territorio de nadie, un mar de desierto" que nadie controla, pero las unidades de seguridad saharauis dispersas por el desierto están realizando una persecución "contundente" para dar con los captores, con un elevado número de personal y vehículos. Reconoció que se trata de una situación muy complicada, pero que tienen el apoyo de España, Argelia, Francia, Mauritania, Mali, Níger y la ONU, entre otras, y además pidió discreción y cautela para no interferir en las averiguaciones.

También pidió prudencia el presidente de la Asamblea, Fernando Manzano, que ha podido hablar con el padre y la hermana de Ainhoa Fernández, y el coordinador regional de IU, Pedro Escobar, con quienes Benamar se reunió ayer para preparar la visita a la región del ministro de Cooperación de la República Saharaui, Salek Baba prevista para la próxima semana.

REUNIONES EN MÉRIDA

Por la tarde, el delegado del Frente Polisario y el presidente de Amigos del Pueblo Saharaui, Eduardo Martín, mantuvieron otro encuentro con el presidente extremeño, José Antonio Monago, que les manifestó su apoyo ante esta situación. El jefe del Ejecutivo les transmitió los contactos que desde el gobierno se han estado llevando a cabo, entre ellos las conversaciones con la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez.

Todos confían en que la situación se resuelva cuanto antes para poder seguir con los proyectos y ayudando al pueblo saharaui. "Los proyectos están muy arraigados y los financiadores no creo que se echen para atrás ahora", comentan desde la asociación extremeña, la única que desarrolla programas de cooperación en los campamentos de Argelia.

Por su parte, la coordinadora regional de oenegés se sumó ayer a la condena pública de este secuestro, como también lo hizo el Observatorio de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Badajoz, reconociendo la labor desinteresada de los cooperantes en los campamentos saharauis y la necesidad de que estos trabajos se puedan llevar a cabo con seguridad y protección, con la que hasta el momento se trabajaba en la zona, según Amigos del Pueblo Saharaui.