El Carnaval cacereño cerró ayer su programación festiva con el tradicional entierro de la sardina en la ciudad monumental, donde el público volvió a concentrarse masivamente. Los participantes en el cortejo fúnebre acabaron su recorrido en la plaza de Santa María, tras bajar por la Cuesta de la Compañía y de haber partido de San Mateo alrededor de las nueve de la noche.

Los asistentes pudieron disfrutar luego de sardinas, panceta y vino con Santa María al completo, además del sorteo de regalos donados por el centro comercial Ruta de la Plata. El concejal de Festejos, Lázaro García, adelantó anoche que trasladará a los grupos del Carnaval una propuesta para que la fiesta se celebre íntegramente en el casco antiguo en la edición del 2007. "Es la manera de que tengamos éxito", dijo. En este sentido, valoró positivamente la asistencia del público al desfile del pasado lunes, aunque lamentó que falte una participación real con disfraces y avanzó que su idea es aprovechar las plazas de la ciudad monumental para potenciar el Carnaval en la capital cacereña. "Está claro que el futuro pasa por ahí", subrayó.

El edil puso como ejemplo la mayoritaria respuesta del público al mercado medieval que se realiza cada año en el recinto intramuros y abogó por esta fórmula para lograr que los ciudadanos se impliquen definitivamente en el Carnaval. García lamentó que el desfile hubiera tenido que ser aplazado, aunque dijo que había tenido "más realce" que otros años.