"La gente de Cáceres de toda la vida sigue ahí, quieta. Cáceres, cuando se ha movido, ha sido gracias a la gente que hemos vivido fuera de Cáceres. Quienes aportan nuevas ideas son las gentes que salen. Los cacereños de toda la vida siguen exactamente igual. Siguen yendo a los mismos rituales de la Virgen de la Montaña, de san Jorge, la feria... Otras ciudades más pequeñas que Cáceres como Segovia están funcionando muy bien. Puede ser que su vitalidad provenga de estar muy cerca de Madrid, pero es que nosotros no estamos lejos de Madrid ya. Vivimos mentalmente alejados del resto del mundo. No hay más que irse a Salamanca o a Toledo y es otra historia. El inmenso espacio que nos rodea es maravilloso, pero nos acaba aislando".